— Hola, ¿cómo estás?
— No muy bien, ando con fuerte dolor de cabeza.
— ¿Fuiste al médico?
— Sí, pero el doctor no fue y tengo cita la próxima semana.
— ¡Ah! Y mientras tanto qué harás.
— Pues, por ahora olvidar tantas preocupaciones, quitarme los pensamientos que me aturden.
— ¿Qué piensas hacer para lograr eso?
— No sé, el encierro me vuelve loca, no me deja ni pensar…

La Verdad

A través de un diálogo como el anterior no es difícil detectar cuándo necesitamos ayuda. Por cultura, solemos culpar a otros de nuestros problemas cuando en realidad somos nosotros mismos los responsables de ellos. A veces nos preocupamos por problemas que ni siquiera son nuestros y peor aún, nos preocupamos por cosas donde ni tenemos acceso para opinar.

Andamos en la vida tratando de manejar a los otros sin prestar atención a la vida propia ¿Si no te necesitan para qué te preocupa? ¿Si no eres parte del problema ni tampoco de la solución, para qué te preocupas? ¿Por qué encerrarse en pensamientos en vez de tomar acciones no para los demás, sino para ti mismo?

¡Necesitas ayuda!

Esta participación es mi entrada para la propuesta diaria que hace @latino.romano y la comunidad @freewriters.

Si deseas participar solo revisa el enlace y conoce las sencillas reglas.

_{Imagen traída del blog de @latino.romano}

¡Gracias por leer, comentar y votar!

_{@belkisa758. Fotos principal de mi propiedad, tomadas desde mi teléfono Samsung J7 en Caracas-Venezuela}