Reconocer que hombres y mujeres no tienen las mismas habilidades y obtendrían mejores resultados en una relación de dependencia mutua es como reconocer el hecho de que no necesitamos la misma cantidad de agua, azúcar, leche y café para hacer un buen té. Haríamos un mejor té si pones el constituyente en las proporciones correctas.
No necesitamos igualdad lo que necesitamos es respeto a los diferentes géneros, otorgándoles sus plenos derechos humanos, protegiéndolos con nuestras capacidades físicas y mentales y asegurándonos de que no se sientan inferiores...
La igualdad en número no es la solución...