Un gran saludo a toda la familia de Steem For Betterlife. Un gusto seguir participando en esta tercera semana de las actividades del Challenge.

En esta ocasión, piden que usemos o partamos de la frase "Si tan solo", así que desarrollaré mi tema con una historia.

Para ello, antes quiero invitar a participar a mis amigos @albaandreina, @soylola3091 y @astilem.

_{Creado en Canva}

Si tan solo me hubieses esperado esa tarde, en ese momento en que te pedí que escucharas, si tan solo no te hubieses marchado y tomado el autobús que te alejó de mi lado.

Teníamos el mundo por delante, éramos jóvenes, éramos imperfectos, pero en nuestros corazones había juventud, ímpetu y fuerza, ganas de recorrer el mundo, de comernoslo.

Recuerdo cuando te conocí, en el colegio, al principio, ambos tímidos, nuestros amigos jugaban a reunirnos, algunos apostaron a hacernos novios, pero no se dió. Pasaron los años, seguí viéndote, aunque no eras mí novia, pero tampoco me esquivabas, nuestra timidez no nos permitió expresar lo que sentíamos. Y sí, sé que sentía algo por tí, por que mis días ya no eran por ir a estudiar, eran por ir a verte.

_{Foto de Andrea Piacquadio. Pexels}

Terminó el colegio, y ahora qué, cada uno en su carrera, tú te fuiste por las artes, yo por mi carrera militar, y aunque te pedí que me esperaras, al regresar te encontré ausente, te busqué y me negaron el saber de tí, cuando finalmente te encontré, ya no eras libre. Si tan solo nos hubiésemos dado la oportunidad.

Años después, una tarde, te encontré por casualidad, ibas caminando por la calle y te reconocí, me detuve y volví por tí. Al principio pensé que era un sueño, estabas radiante, más madura pero igual de hermosa, fuimos y nos tomamos un café, hablamos un rato, me contaste de tu familia, de tus hijos, te conté de mí, de mis cosas.

Fue una tarde mágica, tu sonrisa igual de hermosa, la que me alegraba con solo verla, tus ojos expresivos y profundos, con los que me leías el alma cuando me mirabas fijamente.

Aún, sentíamos esos nervios de adolescentes, al momento de despedirnos no encontraba la manera de no hacerlo, pero el tiempo no se detenía, corría antojoso y sucedió que al momento de decirnos adiós, puse mis labios en tus mejillas, rozando el borde de tus labios y volví a sentir ese calor, sentí esa sensación indescriptible.

_{Foto de Jonathan Borba. Pexels}

Ambos bajamos la cara, pero no nos separamos, al ver tus ojos, lágrimas a punto de saltar me decían lo que sentías, pero no se podía. Ni siquiera nos dijimos adiós, ninguno optó por despedirse, y con el corazón pequeñito y arrugado, seguimos nuestros caminos.

Varios años después, entre mis cosas, encontré una nota en uno de mis antiguos cuadernos, no era mi letra, pero la reconocí enseguida, era suya, y en la nota me decías: "Tú también me gustas".

Dios, que hubiera sido de nuestras vidas, "Si tan solo" nos hubiésemos dicho esas palabras.

Conclusión.

De haberse dado la oportunidad de expresar lo que sentían, el uno por el otro, cuando eran jóvenes, tal vez sus vidas hubiesen sido dichosas o nefastas, nadie puede saberlo, nadie puede asegurar nada. Sin embargo, lamentarse de no haberse dicho lo que sentían, les trajo la incertidumbre de saber si realmente hubiese funcionado y hubiesen desarrollado una vida juntos, en perfecta armonía y viviendo un amor bonito, puro.

Te invito a que me dejes tu opinión en la caja de comentarios y que apoyes con tu voto y comentario al menos 10 publicaciones cada día. Un abrazo.

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