El pacto

nancybriti (70)in R2cornell • 4 years ago

Hola, estimados lectores

El hombre, acostumbrado a escuchar historias de héroes, se puede inventar virtudes que ni remotamente puede llegar a tener. De hecho, esa sed de tener facultades especiales, lo llevan a hacer cualquier cosa con tal de tener poderes que lo hagan superior a otros seres humanos. Es el caso de Inocencio, un hombre brujo que solía curar cualquier cosa y del que las personas aún hablan, incluso muchos años después de su muerte. La experiencia que vivió Inocencio supuestamente es real y es prueba de lo que puede llegar a ser alguien para tener cierto poderío. Yo hoy solo les contaré, lo que a mí me contaron.

Inocencio era un mestizo, de ojos negros y achinados, pelo liso y piel lustrosa y oscura. Cuando a Inocencio le llegaba alguien a su casa con un problema, él le pasaba un sapo negro por la cabeza y el cuerpo. Si el sapo le orinaba encima a la persona, era porque ésta tenía un daño; si no lo hacía, la persona tenía una enfermedad que no la curaba él sino los doctores. Nunca nadie se había quejado de los poderes de Inocencio, hasta que un día, llegó una joven mujer al rancho del indio. Su piel llagada y purulenta se desprendía y se le pegaba a la ropa. Cuando la mujer llegó, el olor putrefacto de la carne descompuesta invadió el aire y un perro que estaba en la esquina del rancho se orinó y metió su rabo entre las patas.

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Dicen, que Inocencio sin voltear para ver a la mujer, le dijo:

_El daño que tienes es grande, mujer. Vete de aquí, que ni el diablo puede salvarte.

Cuentan que la mujer se detuvo y como si dentro de ella hubiese un hombre, le respondió con una voz ronca y gruesa:

_Por eso he venido a ti. Me dicen que eres el mejor brujo de este pueblo. Yo también soy bruja y si tú me ayudas, yo te daré mis poderes para que sea invencible.

Cuando Inocencio escuchó aquella voz, la piel se le erizó y un frío lo inmovilizó por un momento. Dicen que volteó con tranquilidad y miró a la mujer de arriba abajo. Su piel pálida y llagada era cubierta por ropas harapientas y rotas. Estaba un poco encorvada y en toda la parte de atrás de la cabeza no tenía cabello. Inocencio se acercó y a medida que se acercaba más y más, el olor de animal muerto, cambió a olor de azufre. No la tocó, pero le miró los brazos y le preguntó:

_¿Mujer, a quién le has hecho mal?

_A nadie –se apresuró a decir la mujer- jamás le he hecho mal a nadie.

_Mientes. El daño que tienes es un daño que tú hiciste y que alguien más poderoso te lo ha devuelto.

Dicen que Inocencio, al decir esto, bajó la cabeza y dio la vuelta e insistió:

_Es mejor que te vayas por donde viniste y llévate al que está detrás de ti. Yo no hago pacto con el diablo.

La mujer no le hizo caso y se sentó en una piedra grande que había en mitad del jardín. Con la voz cambiada, le dijo:

_Es cierto que le quería hacer una brujería a alguien, pero no sé lo que ha pasado. Me han dicho que usted es el único que puede curarme.

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Inocencio volteó a ver a la mujer y vio un brillo extraño en sus ojos. Bajó la cabeza nuevamente y dijo duro, con fuerza:

_El trabajo que hiciste fue con tierra de cementerio y con sangre de ombligo de recién nacido. Con eso querías matar a la otra persona. No contaste que te podían devolver el daño a ti y lo han hecho. Ahora el daño lo llevas tú en los huesos. Pero el problema no ha sido el daño sino con quien te has aliado. Hiciste un contrato con el diablo. Es él el que habla por ti porque le has vendido tu alma. Si te quitara el daño, el diablo se quedaría conmigo. Así que vete por donde llegaste, que aquí el maligno no es bienvenido.

Dicen que después de esto, la mujer salió riendo y que así como llegó, se fue dejando un olor extraño a muerto. Inocencio se persignó porque supo que aquella mujer no era cualquier mujer, sino el diablo disfrazado.

Así como esta historia de Inocencio, hay muchas en las que se cuenta que el diablo se les presenta a las personas para tentarlas, ofreciéndoles poder, riqueza, vida buena. Algunas personas caen en la tentación y han hecho contrato o un pacto con él. En algunos pueblos se cree que el contrato es a cambio del alma. Las personas le piden algo al diablo y él se lo da, pero a cambio te persigue y vive contigo.

Espero les haya agradado esta historia. Hasta una próxima oportunidad ;)