Aún recuerdo, siendo un preadolescente, cuando a mediados de los años setenta, acudía en compañía de mi padre a una discotienda ubicada en el centro de la ciudad de Barquisimeto, donde por recomendaciones de un joven vendedor que atendía a los clientes, me compraría algunos vinilos o acetatos, además de los desaparecidos cassettes, que incluían entre otros, el mítico The Dark Side of the Moon de la banda británica de rock progresivo, Pink Floyd, Captain Fantastic de Elton John, y el doble álbum Ofrenda del desaparecido músico germanovenezolano Vytas Brenner.

Mi padre había cursado sus estudios universitarios en los Estados Unidos durante los año 50, cuando personajes como Chuck Berry, Buddy Holly y el recordado Elvis Presley irrumpían en las estaciones de radio con una nueva propuesta musical conocida como rock'n roll. No creo que mi padre compartiera los gustos musicales de aquel vendedor, incluso tal vez desconocía por completo el material que compraba, sin embargo, aquellos LP's y cassettes que lamentablemente no conservo, forjarían desde temprana edad mi identidad musical.

A principios de 1978, sería espectador de la transmisión televisiva de los Premios Grammy, donde la agrupación angloestadounidense Fleetwood Msc se alzaría con el galardón a "Mejor Album del Año". Posteriormente, en las vacaciones escolares, compraría el álbum en cuestión, titulado Rumours y en cuya portada, se encontraba la imagen del baterista de la banda junto a la hermosísima Stevie Nicks, la principal vocalista y quien fuese mi primer amor platónico. Desafortunadamente, a finales de aquel año, la vida de mi padre se extinguiría a temprana edad como consecuencia de una repentina enfermedad, cuando yo apenas era un adolescente de 14 años, y el mayor de sus tres hijos.

Cuatro años después, en septiembre de 1982 durante unas vacaciones familiares en la Florida, previas al inicio de mis estudios universitarios al regresar a Venezuela, mi hermano de tan sólo 15 años, dos amigos y paisanos que también se encontraban allí y yo, tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto de Fleetwood Mac que se llevaría a cabo en el estadio Tangerine Bowl de la ciudad de Orlando, donde también participarían, el vocalista John Waite, el estadounidense John Cougar quien posteriormente agregaría el Mellemcamp a su nombre artístico, y la banda canadiense Loverboy. Las entradas para aquel concierto tendrían un costo de 17,50 dólares estadounidenses, y aún la conservo en buen estado, aún cuando ya han transcurrido más de 37 años de aquella memorable tarde.

Posteriormente, tendría la oportunidad de asistir a los conciertos que se realizarían en el Poliedro de Caracas de las bandas Van Halen en 1983, la agrupación canadiense Saga en 1984 y Quiet Riot, creo que en 1987. Luego, a principios de los años 90, asistiría al Teatro Teresa Carreño en compañía de quien entonces era mi novia, y posteriormente la madre de mis hijos y mi esposa durante dos décadas, al concierto del jazzista estadounidense, Kenny G.

Mas recientemente, teniendo la fortuna de residir en Barquisimeto, la llamada "Capital Musical de Venezuela", asistiría como espectador a diversas presentaciones dentro de las diferentes ediciones del desaparecido Festival Internacional de Jazz, que reunía durante una semana a los mas grandes representantes de este complejo género musical de América Latina, Estados Unidos y Europa junto a los mejores ejecutantes locales y nacionales. Desafortunadamente, la crisis venezolana daría fin al festival luego de la 10ma. Edición de 2015, al igual que un par de años atrás, llegaría a su fin mi matrimonio.

5a. Edición Festival Internacional de Jazz Barquisimeto 2010

7a. Edición Festival Internacional de Jazz Barquisimeto 2012

"La música es la banda sonora de la vida."

Dick Clark

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