Hola, muy contenta y agradecida por poder participar en este lindo concurso, los felicito por proponer honrar la amistad, l@s amig@s son parte importante de nuestro crecimiento y evolución como seres humanos, gracias a @blancat por propiciar esta iniciativa, a @steemitblog, y a @steemitcurator01 por el apoyo.

Tambien quiero invitar a mis amig@s: @frangeligonzales, @josevas217 y @tocho2 a participar en este concurso.

RAQUEL, LA CHICA DEL FRENTE

Foto @yannichampion

Quiero contarles sobre mi amiga Raquel, la chica del frente como le llamé alguna vez; ella y su familia, se mudaron al apartamento que quedaba al frente del nuestro, en el edificio Mijao, de la Urbanización Parque Aragua, de Maracay. Al principio nos saludábamos con cordialidad de tanto vernos, a mí me parecía una muchacha que le gustaba llamar la atención, además de ser sifrina, superficial e inmadura.

Nos conocimos cuando ella tenía diecisiete años y yo, diecinueve. En aquella época, yo pasaba por una profunda depresión, no hablaba con nadie, sólo veía televisión acostada en el mueble de la sala de mi casa, y quienes pasaban por el pasillo de nuestro piso podían notarlo porque generalmente teníamos las puertas abiertas. Raquel pasaba por el frente de nuestro apartamento a diario, debía hacerlo para poder tomar el ascensor o para utilizar las escaleras; ella salía todos los días. Quizás le llamaba la atención verme allí tirada en el mueble, me imagino, a igual que a todos.

Un día, se acercó a la reja de mi casa y me preguntó si podía entrar, yo no había terminado de decirle que sí, cuando ella ya estaba dentro. Era muy extrovertida, alegre y divertida, y de inmediato comenzó a conversar conmigo con una soltura y facilidad que no me dejaba otra opción que atenderla e interactuar con ella, era muy insistente. Desde ese momento empezó a visitarme asiduamente.

Paso a paso se fue ganando mi confianza, cada día yo era más receptiva. Luego de ganar mi simpatía, estuvo un mes invitándome cada día a ir con ella al Centro Hispano de Maracay, donde sus padres eran socios. Yo siempre le decía que no, no obstante, ella jamás se rindió, hasta que logró que fuera con ella a una fiesta de minitecas. A partir de aquella salida, Raquel y yo, nos volvimos inseparables.

Pronto sus amigos y mis amigos se convirtieron en “nuestros amigos”. Raquel y yo, como chicas solteras que éramos, hicimos algunos viajes juntas, fuimos de vacaciones a la ciudad de Mérida en dos oportunidades, nos quedábamos en casa de José Rafael, un amigo mío de infancia y disfrutabamos mucho. De día, nosotras nos íbamos a los paseos del momento: los Aleros, la Venezuela de Antier, los Chorros de Milla, etc., y en la noche, José nos llevaba a conocer los sitios nocturnos de moda: La Birosca Carioca y la Cucaracha, entre otros.

Ambas entramos a estudiar en la Escuela de Arte Dramático de Maracay, y desde ese momento, el teatro se hizo nuestra pasión e hicimos de él nuestra profesión. También el destino nos permitió compartir nuestra carrera como actrices, porque ambas fuimos invitadas a trabajar en el grupo oficial del Estado Aragua, el Teatro Estable de Maracay, a cual pertenecemos legalmente desde el año 2000, cuando nos dieron nuestros nombramientos.

Foto @yannichampion

Raquel y yo, hemos enfrentado juntas la muerte dos veces en nuestras vidas. La primera vez, estábamos en nuestros veintes, fue en una Semana Santa, caímos accidentalmente por un profundo barranco en la vía de Ocumare de la Costa; quien conducía, no conocía la carretera, era de noche y las luces del carro que venía por la vía contraria, encandiló a Leo nuestro conductor y no vio la curva por la cual transitábamos; la rueda delantera del auto se salió del pavimento y caímos varios metros.

Gracias a Dios había muchos árboles que amortiguaron nuestra caída, y salimos ilesas. La segunda vez, yo entraba en mis cuarenta, también fue un accidente automovilístico, una camioneta cuatro por cuatro, tomó una curva muy abierta, a alta velocidad e impactando de frente al carro donde nosotras íbamos; aunque sufrimos fuertes golpes y estuvimos un mes de reposo, logramos sobrevivir.

Hemos crecido juntas como amigas, hermanas, mujeres y actrices; tengo muchas cosas que agradecerle a Raquel la chica del frente, nos hemos acompañado en tristezas y alegrías. He tenido el honor de estar con ella en los momentos más importantes de su vida, como fue el nacimiento de su hija Luisa, de la cual soy madrina. Espero que la providencia nos permita compartir hasta el final de nuestros días, porque las amigas como Raquel, son un soporte insustituible, llamadas a ser nuestras maestras, confidentes, cómplices y testigos de nuestra existencia.

Gracias Raquel