Este tiempo que hemos vivido de cuarentena se ha convertido en una gran aventura y travesía, nuestras vidas han cambiado y se han condicionado a un nuevo esquema y odisea, adaptándose a vivir bajo condiciones nunca antes vividas.

En lo particular el usar el llamado tapaboca ha sido una locura, incluso dentro de nuestro vehículo, quitárselo durante la travesía o viaje es fuerte, porque de repente aparece una alcabala policial y debes colocarlo de inmediato para que no te llamen la atención.

Nuestro vehículo mis pequeños le colocaron el nombre de familia, donde hemos compartido experiencia gratas junto a la familia, durante esta larga cuarentena, he tenido la oportunidad de hacer viajes largos y atravesar por varios estados de nuestra amada Venezuela.

Durante esta temporada nuestro vehículo se ha tenido que convertir en ambulancia para realizar diferentes traslados médicos, desde Higuerote a las ciudades de Mamporal, Caracas, Valencia, Tinaquillo y viceversas, imagínese es un Chery X1, pero lo hacemos con todo el gozo y corazón para ayudar a nuestro prójimo.

Mis hijos disfrutan salir con mi esposa y conmigo para todos lados, sentir la brisa fresca de la mañana y saludar a las personas en nuestra comunidad les encanta.

En este mismo orden de ideas, también nos hemos convertido en autobús, ¿por qué? Hemos tenido que trasladar a 13 personas al mismo tiempo; en una unidad de 5 puestos. (En una ruta corta y segura), todo esto debido a la escasez de gasolina y al transporte público.

Pero le damos gracias a Dios por cada escenario vivido en esta temporada, porque han sido de crecimiento y fortalecimiento.