Tiempos con papá (Casa Radical #23) - Un libro abierto, con amor y diversión por @majo12

¡Hola! esta es mi participación

Mi papá nos acompaña en una celebración, hace 6 años. Fotografía fue tomada de una PC de la casa.

Desde los cinco años de edad viví con mi abuela materna porque mis padres se divorciaron, pero, contaba los días para que llegaran las vacaciones y poderme ir a la casa de mi papá. Esto era para los meses de diciembre y julio.

Encontrarme y compartir con mi papá era como tener un libro abierto: le gustaba hablar de historia de Venezuela (flamante admirador de Manuel Piar, hablaba de la Batalla de San Félix como si hubiese estado allí). También tenía historias divertidas como la del “Peluo” cosas que se inventaba y que me hacían reír.

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Mi papá fue periodista. Recuerdo que me hablaba de la importancia del leer. Escribía las pautas en casa y las compartía, despertaba en nosotros el interés y la necesidad de emitir opinión. Bellos esos momentos en que en mi niñez y adolescencia los espacios de la radio y el periódico eran parte de esa gran familia que papá nos regalaba.

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Un año después de fallecer la abuela me fui a vivir con mi papá, fueron dos años increíbles. Ese compartir que era sólo de vacaciones se prolongaba en la cotidianidad. Fue un padre amoroso, del beso de buenas noches, de fingir estar bravo para finalmente morir de risas, de saludar con cariño a mis amigos, conversar. Realmente era un personaje.

Ya adulta se mantuvo siempre presente en mí vida, cuando vivía en San Cristóbal aparecía a visitarme, igual en Caracas, Valencia y finalmente en Ciudad Bolívar, se hacía sentir en mis cumpleaños, navidad, día de las madres. Una llamada, un regalo y una visita le caracterizaban.

En un cumpleaños de papá. Fotografía fue tomada de una PC de la casa.

Escribió algunos libros que nunca se publicaron. En nuestros encuentros él llevaba alguno y leíamos juntos e intercambiábamos las impresiones de la lectura. Siempre admiré su inteligencia y su bondad. Era un personaje.

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Mi padre fue un viejito consentidor y por ende consentido. En marzo se cumplió un año que su paisaje cambió. Se fue al encuentro definitivo con el Dios de la vida. Cumplió su misión en la tierra y dejo en el corazón de sus hijos amor y voluntad para luchar por sus sueños.

Aplaudo a todos los padres del mundo que son capaces de ofrecer tiempo y espacio a sus hijos… Hasta otra oportunidad.