Concurso Escritores Estrellas de Steem 2: Honrando la Amistad - Mi amigo.

Veintitrés, casi veinticuatro años, y la palabra “amigo” se ha vuelto cada vez más difícil de pronunciar para mí. Desde mi niñez, ha sido un poco complicado hacer amigos, mi personalidad introvertida y quizás, la falta de confianza para dar un paso adelante, siempre me mantuvo alejado de muchas personas.

En primaria, tercer grado. Los días eran muy lentos para mí, pero eran días dichosos. Sin muchas preocupaciones asistía a la escuela, y en ella hacia todo lo posible por cumplir con las expectativas de mi madre. En mis tiempos libres, jugaba con las pocas personas que pude llamar amigos, entre ellas, un niño llamado “Rubén” era uno de mis amigos. Vivaz, inquieto, travieso, ese era el. La clase de persona que trae alegría, y para mí, quien siempre se mantenía en silencio, era una persona bastante importante.

Un día, discutí con Rubén por un libro perdido, exactamente como empezó la pelea, no tengo idea, pero me sentí triste al saber que poco después, él fue cambiado de escuela y no tuve oportunidad de verlo otra vez.

Sexto grado, mi madre decidió cambiarme de escuela. En la nueva escuela, me hago amigo de “Félix” a quien considere mi mejor amigo, después de compartir mucho tiempo con él. Al entrar en el liceo, nuevamente me sentí un poco decaído por tener que separarme de un amigo, sin embargo, pude hacer un gran amigo llamado “Hiram” el primer día de clases.

El tiempo no transcurre en vano, y en un parpadeo, ya estaba en tercer año. Había hecho algunas amistades, pero todavía destacaba por ser particularmente introvertido. Un día, viejos amigos me hacen una visita sorpresa, eran Félix y Yovier. Fue muy divertido ese día poder verlos y hablar un rato. Lo que no sabía era que después de ese día sería incapaz de usar la etiqueta “mejor amigo” nuevamente.

En la visita sorpresa algo fue robado, un reloj de mi hermana mayor desapareció sin que nadie se percatara. El objeto en cuestión tenía algo de valor, y mi madre quien es bastante perspicaz, rápidamente se dio cuenta cual era el meollo del asunto. Uno de mis amigos había robado el reloj…

Fuimos a la casa de Yovier, preguntamos, pero no era él. Por descarte, solo quedaba Félix. Mientras iba en el carro, de camino a su casa, no pude evitar pensar ansiosamente “que no sea él”, pero yo era muy ingenuo, lo suficiente, como para no distinguir la verdadera esencia de las personas.

Al recuperar el reloj, nunca más me atreví a creer en los “mejores amigos”, y hacer amistades, solo se hizo más difícil. Quizás por eso me divertía tanto al jugar MMORPG durante horas y horas. Podía divertirme, y quizás, nadie podía lastimarme. Lamentablemente, el mundo no es una burbuja y yo tenía que crecer.

Tiempo después de entrar en la universidad, mi madre me dice que debo hacer la “confirmación” en la iglesia. Como buen hijo, estuve de acuerdo, aunque al principio me pareció aburrido, luego recibí una grata sorpresa al participar en las actividades de la iglesia, así como aprender un poco más sobre las enseñanzas de Jesucristo..