Concurso Escritores Estrellas de Steem 2: Honrando la Amistad / Meche, una amiga sin fronteras
Concurso Escritores Estrellas de Steem 2: Honrando la Amistad / Meche, una amiga sin fronteras
Gracias a @blancat por crear este espacio y a @steemitblog @steemcurator01 por el apoyo posible para lograrlo.
A mi amiga Mercedes Sánchez “meche”, así le decíamos de cariño, la conocí en el año 1987, o sea hace 33 años cuando éramos estudiantes en la misma universidad donde yo optaba por el título de TSU en Turismo y ella en Administración de Empresas.
Estudiábamos un turno que empezaba a las 6:00 de la tarde y terminaba, recuerdo, a las 10:50 pm, así que cada quien hacía lo posible por salir a tomar su camioneta hacia su destino o algún empujón de un amigo cercano, eso no nos permitía acercarnos para nada.
Pero hubo un espacio, un sitio donde íbamos a coincidir y a conocernos: el grupo de teatro de la universidad. Ellos se reunían lo sábados en la mañana fuera de clases ordinarias en la semana. Su hermana Margarita, mayor que Meche, estaba en teatro desde hacía tiempo era una actriz destacada y la entusiasmó para que formara parte, más tarde entraría yo por mi cuenta pues, siempre fue mi pasión hasta ahora de manera profesional.
Ahí pudimos compartir con los demás estudiantes de diferentes carreras y otros foráneos actores que componían el grupo de teatro que ya había representado a la universidad y al estado Aragua en varios festivales regionales y nacionales siendo reconocido como una agrupación entre las mejores. Era un privilegio estar allí, aprendiendo de las experiencias de los demás.
Entre Meche y yo, fue creciendo la confianza porque hacíamos ejercicios juntos de teatro, ensayábamos pequeñas obras, nos reuníamos en su casa para memorizar los libretos, y así fui conociendo parte de su familia que no veía con buenos ojos, tampoco la mía, que estuviéramos en algo artístico. Era de “mala fama” todo aquel que pretendiera salirse de las líneas convencionales que ofrecía el sistema de estudios y la vida con su rutina diaria. Pero en vez de hacer deportes, decidimos crear, imaginar, crecer en el mundo del arte.
Ella era una buena estudiante y su familia con características conservadoras, como casi todas por esos años, nos hizo un problema al principio ya que las exigencias fueron creciendo, y nosotros le fuimos dando más espacio a los ensayos, a las presentaciones y a los viajes por la región con el grupo de teatro.
Demostramos también que podíamos estudiar y hacer lo que nos gustaba; estábamos decididos a seguir juntos como actor y como actriz, además mi primera oportunidad relevante era una obra de teatro ganadora de un premio de dramaturgia, y el director, recién graduado en artes de la UCV daba clases en la universidad en la materia Cultura I, y le dije: sin Meche, nada; así que creó un personaje imaginario, es decir, no existía en el texto.
Los ensayos ya no eran solo los sábados sino en cualquier espacio de tiempo que tuviéramos, compartíamos ahora mucho más con los amigos en común entre ella y yo, hasta que la obra vio su luz en la escena regional en un festival de teatro ¡Qué emoción!
Su familia fue a verla, la mía todavía se resistía a consentir este nuevo oficio en ese entonces, y Meche se convirtió en mi confidente, mi mejor amiga cuando me ponía triste, nuestra rebeldía llegó a ser semejante incluso exaltaba mi talento porque escribía, y me entrenaba día y noche demostrándolo delante de todos hasta que pasé a ser uno de los actores principales del grupo.
Mi amiga Meche y yo, empezamos a gustarnos, viajamos juntos a cuanto festival, muestra o actividad cultural donde pudiéramos presentarnos. El gusto no pasó a otra etapa, cada quien se fue fijando en otra persona, hasta que nos graduamos en la misma promoción en el año 1993.
De ahí surgió un grupo independiente de nombre Acto Uno, con dos integrantes más, ella era la administradora y yo el director. Nos presentamos de manera profesional, incluso su novio, formó parte del elenco pues los proyectos escénicos fueron más abiertos y necesitábamos más integrantes, así que los amigos se hicieron amigos mutuos.
Después de largos años, el grupo tomó otro matiz, Meche sufrió la pérdida de su madre y su hermano la mandó a buscar desde España. El grupo continuó, pero no era lo mismo, así que yo también tuve otras oportunidades; me fui haciendo un camino distinto, más comprometido con las artes escénicas. Ya escribía con más rigor y pronto mis obras se pondrían en las tablas regionales y nacionales.
Meche venía de manera esporádica, llego a quedarse un tiempo por el año dos mil, y organizamos lecturas dramatizadas con mis obras, siempre estuvimos en contacto por teléfono, no había internet, pero luego la tecnología nos facilitaría el encuentro más a menudo.
Hoy en día, en el año 2020, Meche vive definitivamente en España, se casó, no tiene hijos y recordamos muchos años juntos en la escena, con los amigos que todavía preguntan o aparecen de vez en cuando para llenar los espacios que pudimos cosechar hasta nuestros días.
Yo sigo haciendo teatro, ahora es mi oficio, mi profesión, mi manera de crecer como ser humano, Meche, es una empresaria exitosa, administra el negocio que emprendió con su esposo; de vez en cuando le envío obras y las lee, sigue admirándome, y yo a ella compartiendo la felicidad que nos reúne a pesar de la distancia.
Wao que buena amistad han tenido y una larga trayectoria dónde no han perdido contacto que buena amistad tienen, me encantó disfrute al leerlo, les deseo una larga amistad más de la que ya tienen y éxitos
#onepercent #venezuela
Muchas gracias @shoday, yo trato de mantener mis amistades para mi es algo sagrado.