Es uno de esos lugares donde no quieres que el tiempo transcurra porque todo es mágico. Fuimos una semana a un retiro para bajar un poco mi ansiedad —desintoxicación digital— y para que mi esposa Cecilia pudiese respirar aire puro; la meta era simple, despertar en esos días convencidos que cada nuevo día es una nueva oportunidad.

    Todo esto fue 5 meses antes de la pandemia.

_{Fotografía de mi propiedad tomada con Motorola g7 plus}

    En esos días los dos necesitábamos nuestro momento, muchas veces es tanta la exigencia de todo lo que vivimos a diario, que terminamos diciendo ¡Basta… Necesitamos desconectarnos!

    Por eso decidimos ir a “Amarama”, en el estado Carabobo, Venezuela, ¿por qué era necesario para nosotros, ir a este lugar maravilloso?

    Es que este lugar nos ayuda a recordar más en detalle todo lo que nos rodea. Lo primero que vi al entrar fue una hermosa fuente con dos flores de loto, desde el primer momento sentí la magia de esa renovación espiritual.

_{Fotografía de mi propiedad tomada con Motorola g7 plus}

    Es un sitio tan único y magnifico, rodeado de tanta belleza natural, que podemos encontrar respuestas inesperadas, llenándonos de paz y esperanzas, porque en cada rincón encontré la perfección de la creación.

_{Fotografía de mi propiedad tomada con Motorola g7 plus}

    Mientas más descubría el lugar encontraba siempre algún mensaje que permitía recordar la verdad de lo que soy, me llenaba de paz total mientras experimentaba lo real. Un sitio lleno de color y detalles para esos encuentros con nuestro ser.

_{Fotografía de mi propiedad tomada con Motorola g7 plus}

    Recuerdo la última noche de nuestro retiro, esa noche el protagonista fue el elemento fuego; antes de quemarnos en nuestras llamas del amor, contemplamos una espectacular fogata donde nos conectamos con los cuatros elementos, logrando equilibrio y armonía.

_{Fuente https://unsplash.com/}

    Esa noche descubrí que el amor es la expresión del universo y se manifiesta de muchas maneras.