Dicen que comúnmente las niñas tienden a sentir un aprecio muy especial hacia sus padres, y mi caso no es la excepción, mi papá es mi primer amor, aunque suene muy trillado.

Amilcar, mi padre, es un hombre con un carácter bien fuerte, por ello siempre le he tenido bastante respeto, pero también es deportista y tiene el mejor gusto musical del mundo, lo aprecio un montón porque me parece que gracias a él he desarrollado mi personalidad y la verdad me caigo muy bien.

Casi todos mis gustos se desarrollaron gracias a él, la mayoría de mis series favoritas me las recomendó él, mi banda favorita es The Beatles gracias a él y les juro que me hace ver las mejores películas.

Es una de las personas que más admiro por lo inteligente que es, porque todo lo que tiene es gracias a su trabajo honrado y esfuerzo, además es un hombre muy correcto y disciplinado.

Le agradezco muchísimo porque siempre se ha esforzado por darme todo lo que he querido, me ha llevado a recorrer la mayoría de los rincones más hermosos de Venezuela y siempre me ha apoyado. Él me llevó la primera vez a Mérida a presentar mi examen de admisión porque soñaba entrar en la ULA y cuando no aprobé me llevó el siguiente año para que lo volviera a intentar.

Nuestros planes más comunes de padre/hija eran salir a comer hamburguesas después de las clases y el trabajo, ver una buena película antes de irnos a dormir, escuchar un buen disco de su gran repertorio y, el mejor de todos, viajar a alguna playa de Sucre pues compartimos un profundo amor por el mar.

Ahora él está en Venezuela y yo en Perú y es una de las personas que más me muero por volver a ver, nuestra relación sigue siendo muy fuerte y algún día me gustaría devolverle todo lo que me ha brindado.