Para elaborar estos ricos y cremosos helados caseros de mango se necesita que la fruta este verde, me gusta más usar el que se conoce como mango redondo. No tengo el árbol de mango cerca pero en casa de mi abuela no sé dónde consiguieron y me regalaron unos pocos.

Luego de lavarlos muy bien y quitarle la semilla, ésta pulpa se pone a salcochar. De preferencia sin azúcar. El agua debe apenas tapar la pulpa porque al hervir ya estará lo suficientemente blanda y cocida.

Al hervir, se retira del fuego y se deja enfriar.

Una vez fría la pulpa, se licúa con la menor cantidad de agua posible. Porque para los helados necesitamos la mezcla bien espesa, si nos pasamos de agua no quedará cremoso, de lo contrario si añadimos mucha agua estará muy líquido y entonces tendremos que tomarlo como un jugo. Antes de licuar añadimos azúcar y una generosa cantidad de vainilla, no basta con una cucharadita.

Después de licuado, pasamos por un colador y reservamos la fibra que va quedando. Cuando hayamos colado todo, verificamos el punto de vainilla y azúcar al gusto.

Para preparar los vasitos de helado, antes colocamos en el fondo de cada vaso un poco de la fibra que sobró al colar la mezcla, y llenamos el vaso. Ésta fruta tiene propiedades laxantes y agregar un poco de la fibra al helado lo hace más saludable con ese propósito.

También es ideal para las famosas tetas de helado, que no es otra cosa que hacer el helado en una bolsa de paquita en lugar de un vaso y luego hacemos un nudo.

Este no es un tipo de helado para comprar en el supermercado sino netamente para prepararlo en casa. Hacerlo resulta muy económico y fácil de hacer. Además el mango es una de mis frutas favoritas, en cada temporada lo disfruto. Acá en Margarita es un helado casero muy popular.