MOVIE REVIEW: "Fire" (2015)
Synopsis: A short immersive journey within the powerful and complex world of sound and images and how these two elements work together to create scenarios full of particular interpretations for each viewer in their personal conclusions.
Those who have been with David Lynch's career for a long time, know that he is the type of filmmaker who is seen as a restless multi-artist and who always seeks to create interesting projects to add something substantial - and very significant - to his filmography. So, he continues to keep this "tradition" alive with the release of his latest short film and shows that the work is a small - and beautiful - work of art that deserves to be appreciated (especially for those who really like Cinema).
Owner of a mind that is always thinking of a bold next step, the filmmaker is one of the great examples about directors who are not afraid to dare in their projects. He has very sharp powers of perception and spares no effort to show that in each of his films. I - as a fan of his work - I admire the effort and the quality of what is seen in what he proposes to do because he always works very hard in everything he does (something I consider to be a very special feature).
Today, Lynch has the status of one of the most visionary directors of cinema in the world and as this allows him to embrace any type of project, with this short film he creates a small - and reflective - visual experiment that makes a stunning mix of sounds from images. The result of what can be seen in the material is an interconnection between what is considered concrete and what is considered as abstract. Although definitions are already known to the general public, in the film "concrete" and "abstract" share the same space in different ways.
In this particular project, Lynch created several arms and besides writing the script... He also carried out the project and created the animation process. A triple work that tends to be a great challenge for many directors (including some very well known), but not for this one who is a legendary American "monster" of the Seventh Art. Each movement has a symbolism, and each symbolism has a specific meaning... Everything is well planned and supported by many small details.
In partnership with the competent Polish-American musician Marek Zebrowski (with whom Lynch had previously worked), he manages to create an immersive piece of art that brings with it a strong contemplative atmosphere (full of subjectivity) that, combined with an excellent soundtrack, delivers for the audience an excellent visual and auditory experience, which includes a mix of very interesting image techniques (such as granulation / pigmentation) and which arouse and feed the public's interest in continuing to watch the movie.
The tone of the short movie is melancholic (although it is not a project with this intention) and also bet on lyricism to create a strangely cozy environment with all the elements that it will present throughout its almost 11 minutes of duration. Among many transitions of "scenes" (which are rustic representations of moments that mix "reality" and "fiction"), the project creates its own identity, which despite having a somewhat "confused" atmosphere, delivers a book (in black and white) open for the public to choose their own ending.
Visual expressions and striking sound tones make Fire a great project and this type of cultural immersion is definitely not found anywhere. In addition, it is extremely important not only to demonstrate the importance of another cinematographic modality (the short film, which is still well neglected by many people around the world), but also to show that Cinema (through the boldness of consecrated and anonymous directors) breathes diversity through all their pores.
Sinopsis: Un breve viaje inmersivo dentro del poderoso y complejo mundo de sonido e imágenes y cómo estos dos elementos trabajan juntos para crear escenarios llenos de interpretaciones particulares para cada espectador en sus conclusiones personales.
Aquellos que han estado en la carrera de David Lynch durante mucho más tiempo, saben que él es el tipo de cineasta que es visto como un inquieto artista múltiple y que siempre busca crear proyectos interesantes para agregar algo sustancial - y muy significativo - a su filmografía. Por lo tanto, continúa manteniendo viva esta "tradición" con el lanzamiento de su último cortometraje y muestra que el trabajo es una obra de arte pequeña - y hermosa - que merece ser apreciada (especialmente para aquellos que realmente les gusta el cine).
Dueño de una mente que siempre está pensando en un próximo paso audaz, el cineasta es uno de los grandes ejemplos de directores que no tienen miedo de atreverse en sus proyectos. Tiene poderes de percepción muy agudos y no escatima esfuerzos para mostrar eso en cada una de sus películas. Yo - como fanático de su trabajo - admiro el esfuerzo y la calidad de lo que se ve en lo que propone hacer porque siempre trabaja muy duro en todo lo que hace (algo que considero una característica muy especial) .
Hoy, Lynch tiene el estatus de uno de los directores de cine más visionarios del mundo y, como esto le permite adoptar cualquier tipo de proyecto, con este cortometraje crea un pequeño experimento visual - y reflexivo - que produce una sorprendente mezcla de sonidos a partir de imágenes. El resultado de lo que se puede ver en el material es una interconexión entre lo que se considera concreto y lo que se considera abstracto. A pesar de ser definiciones ya conocidas por el público en general, en la película "concreto" y "abstracto" comparten el mismo espacio de diferentes maneras.
En este proyecto en particular, Lynch creó varios brazos y además de escribir el guión... También llevó a cabo el proyecto y creó el proceso de animación. Un trabajo triple que tiende a ser un gran desafío para muchos directores (incluidos algunos muy conocidos), pero no para este que es un legendario "monstruo" estadounidense del Séptimo Arte. Cada movimiento tiene un simbolismo, y cada simbolismo tiene un significado específico... Todo está bien planeado y respaldado por muchos pequeños detalles.
En alianza con el competente músico polaco-estadounidense Marek Zebrowski (con quien Lynch había trabajado anteriormente), logra crear una obra de arte inmersiva que trae consigo una fuerte atmósfera contemplativa (llena de subjetividad) que combinada con una excelente banda sonora, oferece para el público una excelente experiencia visual y auditiva, que incluye una combinación de técnicas de imagen muy interesantes (como granulación / pigmentación) y que despiertan y alimentan el interés del público en seguir viendo la película.
El tono del cortometraje es melancólico (aunque no es un proyecto con esa intención) y también apuesta por el lirismo para crear un ambiente extrañamente acogedor con todos los elementos que presenta a lo largo de sus casi 11 minutos de duración. Entre muchas transiciones de "escenas" (que son representaciones rústicas de momentos que mezclan "realidad" y "ficción"), el proyecto crea su propia identidad, que a pesar de tener una atmósfera algo "confusa", entrega un libro (en blanco y negro) abierto para que el público elija su propio final.
Las expresiones visuales y los tonos de sonido llamativos hacen de Fire un gran proyecto y este tipo de inmersión cultural definitivamente no se encuentra en ningún lado. Además, es extremadamente importante no solo demostrar la importancia de otra modalidad cinematográfica (el cortometraje, que todavía es muy ignorado por muchas personas en todo el mundo), sino también mostrar ese cine (a través de la audacia de directores consagrados y anónimos) respira diversidad a través de todos sus poros.
Sinopse: Uma pequna jornada imersiva dento do poderoso e complexo mundo do som e das imagens e como esses dois elementos trabalham juntos para criar cenários repletos de interpretações particulares para cara telespectador em suas conclusões pessoais.
Aqueles que companham a carreia do David Lynch há muito mais tempo, sabem que ele é o tipo de cineasta que é visto como um multiartista inquieto e que sempre procura criar projetos interessantes para adicionar algo substancial - e muito significativo - à sua filmografia. Então, ele continua mantendo essa "tradição" viva com o lançamento do seu mais recente curta-metragem e mostra que o trabalho é uma pequena - e linda - obra de arte que merece ser apreciada (especialmente para quem realmente gosta de Cinema).
Dono de uma mente que sempre está pensando em um arrojado próximo passo, o cineasta é um dos ótimos exemplos sobre diretores que não tem medo de ousar em seus projetos. Ele tem poder de percepção muito apurado e não poupa esforços para mostrar isso em cada um dos seus filmes. Eu - enquanto fã do trabalho dele - admiro o esforço e a qualidade do que é visto no que ele se propõe a fazer porque ele sempre se empenha com muito afinco em tudo o que ele faz (algo que eu considero como uma característica muito especial).
Hoje, Lynch tem o status de um dos diretores mais visionários do Cinema mundial e como isso lhe permite abraçar qualquer tipo de projeto, com este curta-metragem ele cria um pequeno - e reflexivo - experimento visual que faz uma estonteante mistura de sons de imagens. O resultado do que pode ser visto no material é uma interconexão entre o que é considerado concreto e o que é considerado como abstrato. Apesar de serem definições já conhecidas do grande público, no filme o "concreto" e o "abstrato" dividem um mesmo espaço de maneiras diferentes.
Neste projeto em particular, Lynch criou vários braços e além de escrever o roteiro... Também realizou o projeto e criou o processo de animação. Um trabalho triplo que tende a ser um grande desafio para muitos diretores (inclusive alguns muito conhecidos), mas não para este que é um lendário "monstro" americano da Sétima Arte. Cada movimento tem um simbolismo, e cada simbolismo tem um significado específico... Tudo é bem planejado e apoiado em muitos pequenos detalhes.
Em parceria com o competente músico polaco-estadunidense Marek Zebrowski (com quem Lynch já havia trabalhado anteriormente), ele consegue criar um pedaço de arte imersivo e que trás consigo uma forte atmosfera contemplativa (repleta de subjetividade) que aliada à uma excelente trilha sonora, entrega para o público uma excelente experiência visual e auditiva, que inclusive, mistura algumas técnicas de imagens bem interessantes (como é o caso da granulação / pigmentação) e que despertam e alimentam o interesse do público em continuar assistindo ao filme.
O tom do curta-metragem é melancólico (apesar de não ser um projeto com essa intenção) e aposta também no lirismo para criar um ambiente estranhamente aconchegante com todos os elementos que vai apresentando ao longo dos seus quase 11 minutos de duração. Entre muitas transições de "cenas" (que são representações rústicas de momentos que misturam "realidade" e "ficção"), o projeto vai criando à sua própria identidade, que apesar de ter uma atmosfera meio "confusa", entrega um livro (em preto e branco) aberto para que o público escolher o seu próprio final.
Expressões visuais e tons sonoros marcantes fazem com que Fire seja um ótimo projeto e esse tipo de imersão cultural definitivamente não é encontrado em qualquer lugar. Além disso, ele é extremamente importante não apenas para demonstrar a importância de outra modalidade cinematográfica (o curta-metragem, que ainda é bem negligenciado por muitas pessoas ao redor do mundo), mas também, para mostrar que o Cinema (através da ousadia de diretores consagrados e anônimos) respira diversidade por todos os seus poros.