Las abejas nunca paran
En primavera, verano, otoño o invierno, haga frío o calor, las abejas nunca paran. Siempre listas para trabajar, siempre preparadas para salir a buscar esa flor de la que coger el néctar haciendo una de las funciones más importantes de la naturaleza, la polinización.
Ellas no entienden de pandemias, no se ven afectadas por el coronavirus y siguen saliendo día tras día. De hecho, el que no se tenga un permiso expreso de poder ir a ciudad los campos, está provocando que el uso de pesticidas esté disminuyendo, con lo cual estas abejas, como muchísimos otros animales, se están viendo beneficiados por esta situación que para nosotros es una locura.
Está claro que la población humana está llegando a unos niveles que la tierra no es capaz de asimilar, millones y millones de personas que carecen de una conciencia de bien global y cuyo individualismo está llevando a nuestro planeta a un límite que no se sabe cuánto tiempo podrá resistir.
Esta situación debería hacernos ver que la naturaleza sigue su curso y que el ser humano es totalmente prescindible. Tenemos que hacer examen de conciencia y vernos a nosotros mismos como una parte más del planeta y, desde luego, no la más importante.
Mientras tanto, las abejas siguen a los suyo. Ellas sí son totalmente imprescindibles, el motor de la naturaleza.
No existen insectos más trabajadores y laboriosos que estos amigo. Saludos desde Venezuela.