Rebelión en la granja y Venezuela: un mismo comienzo. ¿Un mismo final?

in GEMS4 years ago


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Rebelión en la granja y Venezuela: un mismo comienzo. ¿Un mismo final?

Hola, amigos. En estos días, mientras leía un comentario sobre la crisis actual de Venezuela, recordé cómo había comenzado todo el problema que vivimos aquí en nuestro país. Inevitablemente, como ocurre cuando vemos muchas películas o hemos leído algunos libros, no podemos dejar de asociar algunas realidades con algunas historias de ficción. Yo recordé Rebelión en la Granja de George Orwell.


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Esta novela publicada en el año 1945 trata de un grupo de animales de una granja que descontentos por el trato que tenían y por la manipulación de algunos, deciden expulsar a los humanos y crear un sistema de gobierno propio, el cual acaba convirtiéndose en otra tiranía brutal. En mi país, Venezuela, más o menos ocurrió de la misma forma: un día un grupo de personas llegó y habló sobre lo que nos hacían o nos habían hecho, de cómo habíamos sido esclavizados, y que debíamos salir del yugo al que nos sometían. El problema nunca fue que sembraran la semilla, el detalle fue que consiguieron tierra fértil. El problema nunca fue que nos dijeran que habíamos sido discriminados o marginados, sino que realmente nos habíamos sentido así. El problema no fue lo que eliminaron, sino lo que comenzó con aquella revolución.

En el caso de Rebelión en la granja vemos cómo al comienzo El Viejo Mayor, un cerdo anciano que había sido premiado, a partir de un sueño que había tenido, llama a la rebelión de los animales. Le dice que el hombre ha sido el único causante de sus males y que deben deshacerse de él:

Todo está explicado en una sola palabra: el hombre. El Hombre es el único enemigo real que tenemos. Haced desaparecer al Hombre de la escena y la causa motivadora de nuestra hambre y exceso de trabajo será abolida para siempre.

[Hugo Chávez]

En Venezuela ocurrió más o menos lo mismo. Un día apareció Hugo Rafael Chávez Frías, hablando de un sueño de libertad, donde supuestamente Simón Bolívar, héroe de Venezuela, lo ayudaba a sacar al pueblo de la supuesta esclavitud donde estaba. Este señor, hasta ese momento desconocido y cabecilla de uno de los atentados más conocidos de la historia democrática contra un presidente en ejercicio, alzó su bandera de rebelión contra todos los que habían gobernado el país hasta ese momento. Después de eso, se lanza como presidente, el pueblo lo elige y empieza a gobernar el país.

Una de las cosas que dice Hugo Rafael Chávez cuando llega al poder es que tener dinero es malo, el gozar de algunas comodidades es malo, que todos debemos ser iguales. La revolución chavista era una revolución de los pobres, descamisados, y por ende estos debían sacrificarse por la revolución. En Rebelión en la granja, vemos cómo una de las primeras premisas que sostienen al llegar al poder es la igualdad y el rechazo a las costumbres humanas:

Ningún animal debe vivir en una casa, dormir en una cama, vestir ropas, beber alcohol, fumar tabaco, manejar dinero ni ocuparse de comercio. Todas las costumbres del Hombre son malas. Y, sobre todas las cosas, ningún animal debe tiranizar a sus semejantes. Débiles o fuertes, listos o ingenuos, todos somos hermanos. Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales.

Como podemos darnos cuenta, algunos lujos eran considerados perjudiciales y se pedía no solo respeto entre ellos, sino también igualdad.


La bandera y el escudo venezolano sufrieron cambios

Cuando en la novela de Orwell los animales asumen el poder, empiezan los cambios en la granja, desde el nombre de ésta, la construcción de una nueva bandera, hasta hacen un letrero con los nuevos mandamientos que serán las leyes que deberán seguir los animales. De manera similar ocurrió en Venezuela. Cuando Chávez asume el poder: se cambió el nombre del país, la bandera, el escudo y hasta se hizo una nueva constitución que regiría las leyes del país. De hecho, se llegaron a construir ministerios sin ningún sentido solo por el simple placer de cambiar los anteriores por unos nuevos y que al final fracasaron porque no tenían ningún sentido de ser. En Rebelión en la Granja también ocurre esto:

Snowball también se ocupó en organizar a los otros, en los que denominaba Comités de Animales. Para esto, era incansable. Formó el Comité de producción de huevos para las gallinas, la liga de las colas limpias para las vacas, el Comité para reeducación de los camaradas salvajes (cuyo objeto era domesticar las ratas y los conejos), el Movimiento pro lana más blanca para las ovejas, y otros muchos, además de organizar clases de lectura y escritura. En general, estos proyectos resultaron un fracaso.

Pues bien, otra de las consignas del gobierno de Venezuela es la lealtad a la revolución: el pueblo le debe obediencia al gobierno venezolano; algo contrario a esto puede considerarse traición a la patria. En la historia de Orwell también emplean este mandato de fidelidad con la revolución animal:

_ La valentía no es suficiente –afirmó Squealer- . La lealtad y la obediencia son más importantes… ¡Disciplina, camaradas, disciplina férrea! Esa es la consigna para hoy. Un paso en falso, y nuestros enemigos caerían sobre nosotros.

A propósito de enemigos, esa es otra de las similitudes que tiene la historia de los venezolanos con la historia de Orwell. Cuando Hugo Chávez llegó al poder no solo vio la oportunidad de crear batallas imaginarias con otros países, como Estados Unidos y Colombia, sino que también hizo que entre los mismos venezolanos se crearan la desconfianza y la enemistad. En Rebelión en la granja leemos cómo Snowball, después de ser un aliado de la revolución, se convierte en un perseguido político:

_Camaradas –dijo con voz tranquila-, ¿sabéis quién es el responsable de todo esto? ¿Sabéis quién es el enemigo que ha venido durante la noche y tirado abajo nuestro molino? ¡Snowball! –rugió repentinamente con voz de trueno-. ¡Snowball ha hecho esto! Por pura maldad, creyendo que iba a arruinar nuestros planes y vengarse por su ignominiosa expulsión.

A partir de ese momento, al igual que en Venezuela, cada problema que existiese en la granja era culpa del enemigo, del traidor, jamás de la mala gestión del gobierno:
Cuando algo andaba mal, era habitual atribuírselo a Snowball. Si se rompía una ventana o se obstruía un desagüe, era cosa segura que alguien diría que Snowball durante la noche lo había hecho.


Juan Guaidó: opositor venezolano

Y empezó la persecución entre ellos. Saber quién era el aliado del enemigo, quién lo apoyaba se convirtió en el próximo paso. En Venezuela, los opositores del gobierno han sido perseguidos, humillados y masacrados. Igual ocurre en la novela de Orwell:

Y así continuó la serie de confesiones y ejecuciones hasta que una pila de cadáveres yacía a los pies de Napoleón y el aire estaba impregnado con el olor de la sangre… Estaban estremecidos y consternados. No sabían qué era más espantoso; si la traición de los animales que se conjugaron con Snowball o la cruel represión que acababan de presenciar. Antaño hubo muchas veces escenas de matanzas igualmente terribles, pero a todos les parecía mucho peor la de ahora, por haber sucedido entre ellos mismos.

Lo que hasta ese momento había sido una granja unida y próspera, comenzó a sufrir las consecuencias de una revolución improvisada bajo el mando de personajes ineficientes, muy parecido a lo que ha ocurrido en nuestro país donde la economía está en franco deterioro, la inflación es imparable y a pesar de ser un país petrolero, somos un país con hambre. Tomemos como ejemplo un pasaje de la novela:

En enero escaseó la comida. La ración de maíz fue reducida drásticamente y se anunció que, en compensación, se iba a otorgar una ración suplementaria de patatas. Pero luego se descubrió que la mayor parte de la cosecha de patatas se había helado por no haber sido protegida suficientemente. Los tubérculos se habían ablandado y descolorido, y muy pocos eran comestibles. Durante días enteros los animales no tenían con qué alimentarse, excepto paja y remolacha. El espectro del hambre parecía mirarlos cara a cara.

En el párrafo anterior, constatamos el gobierno ineficaz de la granja y las malas políticas alimentarias que asumieron los que estaban en el poder. Si antes tenían una granja floreciente, ahora estaban ante la desidia por no haber trabajado la tierra como era debido. Pero inmediatamente Napoleón, que era el líder, pidió que se ocultara el hambre y la improductividad de la tierra: el resto del mundo no tenía por qué saber que habían fracasado en su revolución. Lo que llevó a que se les exigiera a todos los animales a hablar bien del gobierno de la granja y aquel que hablara mal, se le apresaba y aniquilaba. Entonces no era raro escuchar las loas que los otros animales hacían al gran líder:

Se había hecho habitual atribuir a Napoleón toda proeza afortunada y todo golpe de suerte. A menudo se oía que una gallina le decía a otra: ”Bajo la dirección de nuestro Líder, camarada Napoleón, yo he puesto cinco huevos en seis días”, o dos vacas, mientras saboreaban el agua del bebedero, solían exclamar: “Gracias a nuestro Líder, camarada Napoleón, ¡qué rico sabor tiene esta agua!”.

Y así pasaron los años, y ningún animal, debido a su ignorancia y al temor de ser castigado, se puso en contra de Napoleón y a su gobierno. Con el tiempo vino el olvido y nadie hizo nada para recordar cómo había comenzado la tragedia que vivían. De hecho, como había pasado los años y muchos de los viejos habían muerto, nadie sabía cómo había sido la granja antes de la rebelión. Solo aceptaron su destino:

Generalmente tenían hambre, dormían sobre paja, bebían del estanque, trabajaban en el campo; en invierno sufrían los efectos del frío y en verano de las moscas. A veces, los más viejos de entre ellos buscaban en sus turbias memorias y trataban de determinar si en los primeros días de la rebelión, cuando la expulsión de Jones aún era reciente, las cosas habían sido mejores o peores que ahora. No alcanzaban a recordar.


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Se sabe que muchas de las crisis que han podido sufrir los países en los últimos años son muestra del poco respeto que los ciudadanos pueden tener por su historia y por la falta de memoria de sus habitantes. Por ejemplo, Venezuela fue un país próspero y con una economía en ascenso. Sin embargo, olvidamos que los gobiernos hechos por militares son malos y caímos en una trampa llamada Revolución Bolivariana. Por lo que hoy, todavía, estamos pagando por nuestros errores. En fin, algunas ficciones se hacen realidad y algunos finales pueden servir de ejemplo.

Espero que hayan disfrutado la lectura. Hasta una próxima oportunidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

George Orwell (2000). Rebellion on the farm. Skla Publishing House

https://books.google.co.ve/books/about/Rebeli%C3%B3n_en_la_granja.html?id=BP7JBgAAQBAJ&printsec=frontcover&source=kp_read_button&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false

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