Hola mi amado hijo.
Te escribo con lágrimas en los ojos
y te llamo hijo porque me siento así.
Tu abuela era mi hermana en la fe y asi la siento, mi hermana.
Y siento lo mismo por tu madre.
No necesito conocerlas para saber que aman lo mismo que amo yo, y que estan luchando por el mismo propósito. Así que al hablar el mismo lenguaje puro y universal que nuestro padre celestial nos enseña y luchar hombro a hombro por el mismo porque. Te puedo garantizar que mi hermana Felida Gil, no solo te amo mucho, sino que también oro a Dios mucho por ti, siempre pidiéndole que te cuide y te proteja. Por lo tanto, tienes una bendición maravillosa, has recibido una educación especial (por nombrarla de alguna manera) que te da madurez y visión. Sé que conoceré a tu abuela en el futuro, solo le pediré a nuestro Dios que continúe protegiéndote y cuidándote y que me permita conocerte también en ese futuro maravilloso, que esperamos. Recibe de mi parte solo bendiciones y amor por ti.
ATTE.
Maria Garcia de Rodriguez.
Discordia mariita52 #2102