Bitácora personal 04 04 2021: La batalla diaria por la libertad

Primer dilema existencial del año: ser lo que quiero, o ser lo que otros esperan de mí. Caminar a mi ritmo, solo, o al ritmo de los otros, pero acompañado. Trazar un duro camino sin nadie que lo reconozca, o caminar el de todos mientras me aplauden.

¿Hasta que punto somos lo que queremos, o somos solo un reflejo parcial de los deseos de los otros? ¿Qué tanto podemos ser a pesar de los otros, y que tanto somos a causa de estos? ¿Podemos realmente decidir, o solo elegimos entre las opciones que el entorno nos presenta?

El eterno dilema del determinismo contra la construcción social. La libertad contra el condicionamiento colectivo. El yo frente al nosotros.

¿Decir que sí aunque no quiera, o decir que no y enfrentar las consecuencias? Consecuencias que no veo porque debo enfrentar. ¿Debo ser castigado por atraverme a ejerce la libertad de elegir? Pareciera que los otros castigan a quienes se atreven a lo que ellos no pueden, no quieren, o no saben como hacer. La vida es un juego de premios y castigos.

A pesar de que ya estamos en Abril, tengo el deseo atrasado de año nuevo, de este año seguir siento lo más libre que pueda y me lo permitan mis capacidades y entorno. Me resisto desde hoy a ser parte de un redil que no elegí y me quiere ser asignado. No volaré por los cielos que se me tienen designados. No caminaré por las sendas sugeridas. Y no nadaré en mares calmos y artificiales impuestos.

Sé que me esculpirán nuevas cicatrices, me visibilizarán nuevas miradas de desdén y hasta desprecio, y se me tachará de loco, o en el más leve de los casos, de poco pragmático.

-¿Qué te cuesta decirle a la gente lo que quiere oír?

-¿Por qué te gusta complicarte tanto la vida?

Pareciera estar oyendo ya los comentarios usuales de quienes no entiende que se puede ser diferente, se puede pensar diferente, se puede actuar diferente. Y lo que es peor, los comentarios de quienes comparten y/o comprenden mi sentir, pero optan por no dar la batalla, y argumentando un pragmatismo sumamente conveniente, justifican su adoctrinamiento.

Este año pienso continuar respetando mi individualidad lo más que pueda, y ser más vocal al respecto. Sé que hablaré casi siempre a oídos sordos, pero siento que es lo que debo hacer, aunque los demás no lo entiendan. Incluso aunque tu mismo no lo entiendas, estimado lector.

Y si es así no te pido que cambies de opinión. No te pido que recapacites. Solo te pido que tengas la capacidad y humildad de reconocer la validez de una opinión diferente a la tuya. Así de fácil... y así de difícil, para algunos.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.