Cónchale, te has perdido de vivir un despecho en carne propia, jajajaja. Lo bueno de esas situaciones de desamor es que después uno se ríe y dice: "De lo que me salvé. Gracias, Diosito", jajaja.
No, vale, en serio. Suscribo tus palabras con respecto al dinero y al amor.
Un abrazo. Suerte.