¿Alguna vez has experimentado o visto algún caso en el que una persona tiene la costumbre de mostrar su vida en las redes sociales y los efectos resultaron bien?

Existen personas adictas a exhibir sus vidas privadas en las redes sociales. A algunas les ha ido bien. A otras tantas no. Recuerdo el caso de una chica de Venezuela que se consiguió un novio chileno, a través de una red social. Todas las noches conversaban hasta el amanecer. Un día él la invitó a su país, le dio el dinero para que se sacara el pasaporte y le pagó el pasaje por avión. La madre de la chica estaba feliz, porque su hermosa hija había conseguido a un hombre con dinero, que las iba a ayudar a superar la crisis económica que había en el país. Sin embargo, una hermana de la joven no estaba de acuerdo con lo que la chica estaba haciendo. Irse para un país a encontarse con un desconocido era como lanzarse de un precipicio sin paracaídas.

Pero nada detuvo a la chica. Su primera decepción ocurrió cuando vio personalmente al chileno y se dio cuenta de que ni su rostro ni su cuerpo eran como la foto del perfil. El hombre real no era nada buenmozo, además era bastante mayor y obeso. La muchacha al verlo lo rechazó inmediatamente, pero no podía hacer nada. Su boleto no tenía retorno.

Allí comenzó su pesadilla. Él le quitó el teléfonoy más nunca se pudo comunicar con su familia de Venezuela. Esto que les cuento, lo supe, porque esa muchacha era hija de una amiga mía de Cumaná. LO cierto del caso es que un día pasaba una venezolana frente a la casa del chileno y escuchó a una joven pedir "Auxilio"; por el tono de la voz reconoció que se trataba de una venezolana y sin dudarlo fue a una entidad de seguridad a poner la denuncia y allí la hallaron, golpedada y abusada sexualmente.

El chileno, al ver que lo habían descubierto huyó; la hija de mi amiga logró conseguir ayuda económica para regresar a su país. Después de esto, nunca más ha querido salir del país ni relacionarse con personas desconocidas.