Muchas veces dudamos de la presencia de Dios en nuestras vidas, pero siempre está allí, atento a nuestras peticiones y en algún momento nos las cumple. Estoy seguro que pronto hará realidad ese anhelo de ser madre y tía.

Me alegra que te hayas tomado el tiempo para escribir esta carta al Niño Dios, para agradecer por todas las bendiciones recibidas.

Participante #3.