La historia me hizo recordar a un chico joven, alto, elegante y también de ojos negros que se enamoro de mi cuando íbamos a la Universidad de Carabobo en la Ciudad de Valencia.

Eso debió haber sido por allá en el año de 1974. Nelson asi se llamaba el joven había sido seminarista y acaba de dejar el seminario porque según me confeso el no podía ser fiel al Celibato. Ojo que conste, yo no fui la causante de su abandono.

Lo bueno de la historia es que el supo encontrar la manera de manifestar su fe y por muchos años fue participe de las celebraciones religiosas de su comunidad. Se caso por supuesto que no conmigo. Tuvo varios hijos, por supuesto no conmigo. Yo lo deje seguir su camino, para mi era medio complicado estar de amores con un chico que estuvo a punto de convertirse en cura.

El se confesaba y comulgaba casi a diario. Situaciones para mi realmente difícil de entender. Yo nunca entendí su fe y bajo ese panorama era muy difícil seguir amándolo. Si lo llore cuando lo deje partir. Pero la vida tenia otros destinos para mi.

Recuerdo que en una ocasión teníamos que rendir un examen no recuerdo que materia pero si recuerdo que el mientras manejaba iba con las cuentas del rosario en sus manos y yo con mis anotaciones repasaba y trataba de asimilar a ultima hora todo lo que iba para el examen, se me hacia difícil claro, solo escuchaba el ruega por el, ruega por nosotros durante el camino hacia la Universidad. Definitivamente estaba de amores con un futuro servidor de Dios.