Ya no recuerdo en qué año conocí a Ingrid, pero sí el lugar. Yo me encontraba en la Asociación de Profesores de la Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre, organizando, como Coordinadora de Cultura, la programación de los Juegos Internúcleos de Profesores, que se realizarían en Cumaná. La verdad es que estaba muy estresada por el compromiso que significaba ser sede de estos juegos. Y, en medio del agite, apareció Ingrid. El Coordinador de Deporte, Prof. Antonio Subero, me la presentó diciéndome:

-Sol, ella es Ingrid, es la profesora con más condiciones físicas que hay en la Universidad. Juega truco, bolas criollas, voleibol, scrabble, dominó y practica maratón.

Ingrid mostró la bandada de garzas que lleva dentro de su boca, y dijo con timidez: "Además soy profesora de Matemática y buena amiga".

Las dos reímos y, al cabo de un rato, Ingrid estaba ayudándome a organizar todas las actividades relacionadas con los juego. El trabajo nos agotó y lo seguimos al otro día. Confieso que cuando vi a Ingrid, por segunda vez, ya la sentía encallada en mi corazón.

En los Juegos, la amistad creció de manera extraordinaria. Todo el mundo nos llamaba y aún nos llaman: "Black and White".

Las dos hemos vivido gratos y duros momentos. Siempre jugamos a darles "giros a las frases y a las palabras". Un día, un colega comentó que "Luis y Margarita eran amigos con derecho". ¿Cómo es eso? preguntó Ingrid, y el colega contestó, en tono irónico: "Bueno, que tienen derecho a tocarse y a amarse, pero sin dejar de amigos".

Ingrid y yo nos miramos y nos reímos por el "·chismecito". Luego ella dijo: "Sol y yo somos amigas con derecho". Nuestro colega no podía salir de su asombro y preguntó: ¿Ustedes son lesbianas? Jajaja.

-No, vale -dijo Ingrid. Nosotras somos amigas de verdad, y eso nos da el derecho de decirnos verdades, aunque sean dolorosas, y de animarnos cuando hacemos las cosas bien. Ese es un derecho que solo se lo doy a Sol, porque sé que quiere lo mejor para mí, y viceversa.

Ese momento fue memorable para las dos y siempre lo recordamos. Ingrid y yo tenemos un año que no nos vemos, y eso que solo nos separan dos horas de distancia. Sin embargo, todos los días nos hablamos, aferradas a la esperanza de darnos pronto un abrazo que persista hasta el próximo encuentro.

yo, mi amigo Rigo e Ingrid

Invito a mis amigos @mariami, @aplausos y @genomil. Aquí la información