Tal vez, después de llegar a un puerto seguro, en un país que no es el propio, decidieron con los 100 dólares, dar un paseo y conocer un poco más antes de regresar.

Aquí en Chile, hay una playa que le llaman Lobería y no sabía la razón. Entendí, cuando fui hasta el lugar (unos 100 kilómetros de mi casa) que el nombre hace referencia a que, a unos 100 metros de la orilla, hay un islote similar donde descansan lobos marinos.

En ocasiones, llegan hasta la orilla y es fascinante la experiencia de ver a esos animales haciendo de las suyas sin que nadie pueda hacer nada.

En esa ocasión, solo los ví de lejos (estaban en el islote) pero hace poco, fui a una ciudad llamada Valdivia, dónde sí pude verlos de cerca y tomarles fotos.

Aunque estos animales son pacíficos, atacan a quienes invaden su zona, sean otros machos, otros animales como perros, o los más peligrosos, aquellos conocidos como seres humanos.

Tal vez, Moncho encontró la forma de escuchar alguna de las tantas historias que algún buen lobo marino quiso contar.