¿Crees en la mala suerte? Reflexiones

Hace poco, caminando por la ciudad de Chillán mientras regresaba del trabajo, se me ocurrió pasar por Plaza de Armas, que es un lugar, además de emblemático, muy tranquilo para pasar un rato tranquilo.

No tenía intención de quedarme, solo cruzarlo para acortar camino y llegar más rápido.

Justo en la entrada, veo la presencia de una señora y una niña; su apariencia las del ataba qué eran gitanas.

Los gitanos, son mal vistos en mucas partes de Chile, de hecho, aún no conozco el primero que hable bien de ellos, pues son tenidos como pícaros, tramposos y estafadores, entre otras cosas.

Cuando entro a la plaza, de inmediato me abordan pidiéndome una moneda; interesado en seguir mi camino, revisé mis bolsillos y tenía alguna de ellas.

Le di una de 100 pesos. Con eso no hace nada, pero no estoy de acuerdo en dar dinero a la gente en la calle, excepto que, en mi corazón, sienta la necesidad de hacerlo y sin pedírmelo.

Al darse cuenta que, tenía más monedas, me tomo de la mano y me dijo que me leería la fortuna. Jamás en mi vida he creído nada de eso, pero, para no ser grosero y mostrar un poco de empatía, seguí el juego a ver que ocurriría.

Mirando la palma de mi mano, comenzó a augurar muchas cosas, tanto buenas como malas.

— Hay alguien cercano que no quiere tu bienestar.

Yo solo observaba la treta qué usaría para sacarme más dinero.

— Se que tienes mucho dinero, pero no es tuyo. De todas formas puedes sacar un billete qué no será para mí, sino será para sellar la buena ventura que te echaré.

Al negarme en 6 oportunidades (es que, en verdad, no tenía más dinero) dijo que sacara una moneda. Intenté sacar otra de 100, pero salió una de 500. La tomó y la puso en la palma de mi mano. Dijo algunas cosas más a manera de conjuro y volvió a decir:

— Saca otra moneda para sellar lo que falta.

Le dije:

—¿Tanto drama por una moneda?

No me estaba gustando ya la cosa, pero quería mostrar empatía. De todas maneras saque la otra moneda tratando de atinar a la de 100 pesos, pero salió otra de 500, jaja.

Puso las monedas en mi mano, siguió diciendo cosas que no le entendí, luego las puso en la palma de su mano y las escupió 😱

Al ver mi cara de medio enojado, comenzó a proferir mala suerte sobre mí y mi futuro.

Ahora, mis reflexiones:

Desde pequeño, he tenido la sensación de que siempre hay algo más que la vida misma, que todos tenemos un propósito y este propósito, es decir, su cumplimiento, es lo que nos da la felicidad que tanto busca el ser humano.

Cuando leí en la Biblia que "Somos hechura suya, creados para andar en las buenas obras que Dios había preparado desde antes de la fundación del mundo", de manera que jamás he creído que hay cosas malas destinadas para nosotros.

Si embargo, las Key del Dharma y Karma, asegura que lo malo que pasamos es el pago de lo que hemos hecho anteriormente, en esta vida o en una anterior.

En la Biblia encontramos la Ley de siembra y cosecha, donde todo lo que hagamos en esta tierra, lo vamos a recoger, sea bueno o sea malo.

Y científicamente esta comprobado que, existe la Ley de Causa y efecto.

Ahora bien, creo que Dios (Universo, Deidad, Divinidad, como quieran llamarle) creo leyes, principios universales por medio de los cuales se rige todo el universo, y por ende, nuestras vidas.

¡La mala suerte no existe!

Toda acción, produce una reacción. Lo que nos ocurre es el resultado de las acciones y decisiones que hemos tomado en la vida, y creemos que pasarán desapercibida.

Olvidamos leer buenos libros, no invertimos en nosotros mismos, en nuestra mente, nos levantamos tarde, no somos ordenados y limpios, somos impuntuales, no aceptamos consejos, no ahorramos y no invertimos.

Al resultado de todo esto le llamamos mala suerte, y no el pago que merecemos por no ser proactivos, pues alimentamos más la toxicidad y la negligencia para no salir de nuestra zona de confort.

¿Te das cuenta?

Nosotros mismos nos hacemos todo esto, y no un tercero.

Hace poco leí en un libro:

"Si por alguna razón una persona negativa quiere mantenerse a tu lado, ¡huye! No vaya a ser que la desgracia que se cierne sobre el te alcance y sufras las consecuencias.

Desde que comprendí todo esto, he tratado de de mantenerme al margen de personas tóxicas, de aquellos que sin darnos cuenta, hacen que hablemos mal de otras personas, al tratar de mostrar empatía.

Los libros se han convertido en mis mejores consejeros, y atraigo a personas que vibramos en la misma frecuencia de ver el lado positivo de las cosas.

Que si pasa algo imprevisto, confiamos que el mismo que nos puso a prueba, nos dará también la fortaleza y la salida para seguir victoriosos.

Ahora, la victoria no consiste en caer, sino en cuán rápido nos volvemos a poner de pie para continuar, y tomar la caída como aprendizaje para no volver a caer de esa manera.

Y recuerda que, si cambias tu actitud, entonces y solo entonces, te cambiará la vida.

Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.

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