Saludo a todos los blogueros que andan por el maravilloso mundo del Blockchain, quiero manifestar mi culpa por hacer dilatorio y largo este post, responderé las consecuencias que acarrea el apasionarme a desmedida a la hora de escribir. Infinitas gracias comunidades convergentes en steemit con especial fervor a RECREATIVE STEEM por la ocasión concedida. Aquí mis respuestas de manera global.
Casi que Por inercia el testarudo de culpar a otros de sus males No admite sus fallos y por cualquier vía responsabiliza con absoluto imaginario cualquier cosa que lo exime de su responsabilidad.
El obsesivo de justificar el resultado de lo que representa, obstinadamente expresa emociones envolventes, como nostalgias, Sollozos y en oportunidades ofuscación con la única intensión de persuadir todo lo que lo rodea.
También podemos decir que forma parte de un esquema mental reforzado en el proceso de crecimiento, cuando un niño justifica su accionar y el resultado de sí mismo sin asumir las consecuencias y los efectos colaterales de la decisión. Conservada esta conducta en la edad de la adultez podría definirse como inmadurez o infantilidad.
Haciendo un inciso antes de continuar, quiero citar la obra inspiradora del crecimiento personal de los artífices Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo quienes a paradoja fina nos esbozan el temor de arriesgar y salir del estado de confort, justificando siempre el anclaje en un mismo lugar que te produce resignación de la inconformidad.
Esta obra no solo te enseña tus capacidades de lograr metas, también te convierte en un líder referencial por el hecho que te conmina a la responsabilidad de asumir nuevos retos con todo lo que acarrea el nuevo horizonte sin aludir el resultante de la decisión.
Ahora bien, responderé castamente, retrocediendo en el escenario donde por un impulso puntual justifique y señale a otro para disimular mi novatada.
El tiempo de la púber, es donde se inicia con más vigor la independencia en la toma de decisiones y comienza el coletazo de asumir responsabilidades y todo lo que acarrea la misma.
Recuerdo con exactitud aquel episodio que aludí mi responsabilidad directa por un hecho acaecido en el lugar asignado para realizar trabajos de formación deportiva.
Había asumido la responsabilidad de prepararme y preparar al equipo de TAEKWONDO de la universidad, para ello recibí la orientación y el circuito que deberíamos cumplir por un lapso prudente, antes del ocasional chequeo para escoger los mejores del alto nivel competitivo. Resulta que por mi inexperiencia, adrenalina y subestimar al oponente, decidí cambiar las exigencias y relajar el sistema para transmitir confianza.
Llegado el día del choque, los combativos 12 atletas de la universidad la cual reservo el nombre, solo lograron pasar a la segunda etapa un compañero y a poco más de suerte mi persona, era evidente que había tomado la decisión equivocada y peor aún, no cumplí con las orientaciones pertinentes indicada por el Sabonim. Para nosotros técnicamente hablando aspirábamos por lo menos clasificar 6 y el repechaje de los otros 6.
No solo me derrotaron, sino que el destino preparaba la enseñanza caballerosa de asumir los riesgos.
Cuando vamos a evaluar con el cuerpo técnico el desenvolvimiento del equipo y además con el acompañamiento del Director el KWAN-CHANG-NIM, se determina que el esbozo del esquema de entrenamiento para el mantenimiento, de la técnica, resistencia y la fuerza era lo idóneo, entonces se formuló la interrogante ¿Qué fallo?
El Sabonim por su parte asume la responsabilidad del fallo, el cual admite no haber logrado la sinergia entre el atleta y el riguroso esquema, además admite no verificar el progreso y corrección de los detalles.
En ese momento la incompetencia tenia nombre el cual había generado pérdidas en inversión de fuerzas hombres, como también de logística. Yo irresponsablemente por cobardía guarde un sepulcral silencio.
Mi silencio, culpo a otro que confió en mí para el cumplimiento del compromiso.
Al pasar de los días me encontraba meditabundo, reflexionando sobre aquella idea que debía asumir frente al equipo, la modificación y la relajación del sistema que había arruinado nuestras aspiraciones y además otra persona colgaba sobre sus hombros mi culpa. Reflexión qué me sumergió en la mazmorra de la cobardía. Debía hacer algo para salir de allí, y precisamente era asumir con gallardía y responsabilidad como lo había hecho el inocente Sabonim.
No se pueda andar por la vida culpando a otros de tus males, el adulto bien formado, debe llegar al limite de la responsabilidad en todas sus decisiones, de no ser así, sin duda no estamos lo suficientemente forjado como individuo para la convivencia sana en esta orbe.
Convido a los Steemians @memearte @hernalis12 @bryanfer981 a preparar sus teclados y afinen su verbo tecleando al son de la CULPA ES DE LA VACA