Concurso: Creando Historias

El mensaje decía: "Tengo un mes de vacaciones, amigos. Voy para Venezuela. Estaré allá veinte días. Prepárense para la diversión." A todos nos extrañó porque, desde que se fue del país, Jesús siempre nos comentaba que entre los estudios y el trabajo nunca tenía tiempo para nada.

_{Imagen del concurso, perteneciente a @yolvijrm/ Esqueleto}

Solo se comunicaba de vez en cuando y si lo hacía se empeñaba en ponderar las espectaculares bondades de Suiza, la sublime nación adonde lo condujeron sus más altas aspiraciones, o para atiborrarnos con los raros términos que manejaba la medicina forense, la carrera que cursaba en una archiconocida universidad.

A las dos semanas, volvió a escribir: "Mañana llego a Caracas a las seis de la mañana. Quiero que mi primer paseo sea para la playa, necesito la calidez del paisaje carupanero, que me dé el sol, cuando ustedes me vean así tan pálido van a pensar que ya no tengo ni salud". Después hizo una llamada grupal y todos quedamos convencidos de que en verdad Jesús venía para su tierra. Entonces decidimos hacer un alto en nuestras actividades para compartir con ese viejo amigo y recordar tantas experiencias juntos.

En todo ese tiempo no había cambiado nada, continuaba soñando con arriesgados y exhaustivos planes que lo convertirían en uno de los médicos forenses más reconocidos del mundo. Hablaba sin parar, mientras examinaba la calidad de la arena de la playa, la temperatura del agua, su índice de salinidad, la variedad de la flora y de la fauna, los certeros peligros de contaminación si la afluencia de personas no era controlada. Nosotros nos limitábamos a escucharlo y a preguntarle pendejadas para reírnos y seguirle la corriente.

Ya el sol había comenzado a descender cuando sucedió aquel imprevisto. Toda la gente que estaba en la playa corría hacia la orilla contraria del toldo donde nosotros nos encontrábamos. Nos levantamos y nos dirigimos también hacia allá porque algo extraño estaba pasando. En cuanto nos acercamos nos dimos cuenta de que el mar había arrojado hacia la arena un esqueleto humano, el cual aún llevaba encima unos jirones de tela denunciando que alguna vez estuvo vestido.

Jesús, quien se hallaba nadando bien lejos de la orilla, en seguida se aproximó al sitio y, con una voz autoritaria que intimidó a todos los demás, pidió espacio para examinar aquel occiso que las olas habían expulsado de sus predios.

Tomó dos palos largos que le sirvieron de pinzas y examinó el cadáver desde la cabeza a los pies. "Tiene varias contusiones en el cuello, -aseguró después de culminar su escrutinio- la rótula y el fémur estuvieron inflamados, pero lo que pudo haberle quitado la vida es la fractura del occipital izquierdo; por el tiempo que lleva en el agua va a ser muy difícil determinar las causas de su muerte."

Apena Chucho terminó de hablar, se presentó la policía con el médico forense que estaba de guardia. Este observó un momento al esqueleto y luego dijo "vámonos, aquí no hay nada que hacer." La gente indignada comenzó a protestar porque quienes representaban la ley estaban dispuestos a dejar allí un cadáver a la buena de Dios, pero el forense, antes de partir, señaló con el dedo, "revísenle el pie izquierdo." Todos corrimos a ver qué extraña revelación había en esa extremidad: Made in China, decían unas letras pequeñas cerca del talón.

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_{Invito a los amigos @liasteem, @mariami y @blessedlife para que se animen a participar en este concurso.}

_{Nota: La imagen de la galería del autor fue tomada con la cámara del teléfono móvil, cuyo modelo es: LG-X240.}