Concurso: Aventura con amigos/ por @cruzamilcar63

Un gran saludo para los amigos de Recreative Steem. Hoy me sumo al Concurso Aventura con amigos, moderado por la estimada @graceleon. Se trata de una magnífica oportunidad para relatar alguna de esas experiencias inolvidables que vivimos junto a esas personas de nuestra entera confianza, a las cuales nos une el maravilloso lazo de la hermandad infinita.

Fuente Modificada con PowerPoint

Una gran parranda

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Era un veintisiete de diciembre. Nos encontrábamos en casa del amigo Gerónimo Toussaint, donde comenzamos a cantar y, poco a poco, se fueron sumando unos cuantos músicos y cantantes más hasta que el encuentro se convirtió en una extraordinaria parranda.

Pasamos todo el día interpretando música navideña del oriente venezolano. También conocimos, ya que muchos de los que se encontraban allí eran reconocidos compositores de la zona, las nuevas canciones que tenían preparadas para futuras grabaciones, las cuales comentábamos, les hacíamos correcciones sobre cualquier aspecto de la melodía o la letra para que el autor procediera a realizar las enmiendas sugeridas y quedaran aprobadas de manera unánime.

Eran casi las cinco de la tarde cuando Fernando Moreno hizo la propuesta: Vamos para Agua Fría a cantarles a unos compadres míos que, estoy seguro, se van a contentar demás en cuanto nos vean llegar con esta parranda. Agua Fría es un campo del estado Sucre que, en realidad, no queda muy cerca de donde nos encontrábamos, pero como ya a esa hora el entusiasmo estaba exacerbado, todos estuvimos de acuerdo.

Pasamos toda la noche cantando en ese pintoresco caserío, donde nos atendieron de maravillas; además, nos regalaron verduras, un chivo y hasta un gallo fino le dieron al compadre Raúl Velásquez que, según los expertos, su valor era incalculable. Todos estábamos muy contentos por la magnífica experiencia que habíamos vivido durante esas horas intensas.

El problema, sin embargo, se presentó cuando veníamos de regreso. La pequeña buseta en que nos trasladábamos de repente chirrió por el frenazo, se coleó, dio dos vueltas, se salió de la vía y casi se voltea… Después que tomamos aliento y reaccionamos, comprobamos que, gracias a Dios, parecía que ninguno de nosotros ni el automóvil había sufrido daño alguno. Pero se nos erizó la piel cuando escuchamos desde el último asiento a Raúl diciendo con una ternura infinita: “Qué pasó, por qué no reaccionas, te vas a morir ahora, no me hagas eso, vale…” Cuando todos volteamos alarmados, con el pánico reflejado en cada rostro, nos dimos cuenta de que estaba hablando con el gallo, al que tampoco le había pasado nada.

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Invito a los amigos: @leicorp1, @wilmer1988 y @keydoce.

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