Me gusta la introducción de tu post: Tenemos que aprender a perdonar a la sociedad, esa donde vivimos, esa que nos arrastra como una avalancha, y nos hace sentir en muchas ocasiones "poca cosa".

En ocasiones, he derramado lágrimas por comentarios injustos y por injurias. Y hay que tener mucha fuerza de voluntad, y mucho amor para aceptar que existen personas, cuya única distracción es destrozar la vida de los demás.

Pobre de ellos, que no son capaces ni siquiera de buscar distraerse con una mala telenovela, jajaja.

Cuando uno comprende que son sus frustaciones las que hablan, entonces en lugar de sentir rabia hacia ellos, termina más bien sintiendo compasion.

Me encantó leerte.