Cuando era niño en casa mi mamá lideraba la tropa de 8 hijos incluyéndome, al igual que mi papá debía trabajar muy duro para mantenernos y educarnos, nunca fue fácil ese desafío. Pero no había caos, ella representaba el equilibrio y el orden de las cosas. Pedir un permiso era lo habitual, una sonrisa como gesto de concesión era su bendición.
La libertad tiene ese enfoque que le has dado, sin embargo, mientras los hijos son menores de edad, su libertad se limita a las decisiones de los padres. La libertad tiene un refuerzo que es la confianza, si los hijos la respetan al cien porciento, seguro que los padres otorgarán cierto grado de libertad para que tomen sus propias decisiones sin que se salgan de las reglas del hogar.
Feliz noche, amigo.
De acuerdo, la disciplina es parte de esa herramienta necesaria cuando se está bajo la tutela de los padres. En mi experiencia se dio naturalmente, nunca sentí la imposición de una regla, existía un vínculo comunicacional muy estrecho y donde la confianza era plena, respetuosa y justificadamente razonable. Fuimos hijos privilegiados.
Gracias por tu comentario.
¡Un gran abrazo!