Las crisis emocionales siempre van a estar presentes en nuestras vidas, y aunque nadie desea estar pasándola mal, hay que aceptar que eso forma parte la vida y la mejor que podemos hacer es sacarle el mayor provecho posible para mejorar nuestras vidas; convertir lo negativo en positivo.

Pero lograr eso no es tan fácil como suena, creo que incluso, es lo más difícil de lograr; es una gran hazaña ver lo bueno en lo malo, que va a depender al cien por ciento de nuestra personalidad y del tipo de dificultad que estemos afrontando, y sin embargo cuando estamos a toda disposición no hay nada que no se pueda superar.

_{Amor y paz}

Por ejemplo, personalmente cuando me siento cabizbaja, sin ánimos y con el mundo vuelto nada, la mejor solución para mi es tomarme el tiempo que sea necesario para dejarme sentir todas aquellas emociones que surgen en momentos de crisis como la tristeza, la decepción, la rabia; dejarlas ser, darles el espacio para agotar la impotencia y evitar a toda costa reprimirlas, pero siempre procurando lastimar a otras personas mientras me encuentro en ese proceso.

Este primer paso tal vez pueda tomarme un día o dos, pero como dije anteriormente, me doy el tiempo necesario según la situación que esté viviendo porque nunca será igual superar una pelea con tus padres que la ausencia de uno de ellos.

En segundo lugar me refugio en la música. La música siempre ha sido un buen aliado para ayudar a drenar todos los malos sentimientos y aflorar los buenos; la música es la medicina perfecta para el corazón (al menos para el mío). Dejar sonar a todo volumen mi playlist es mi parte favorita porque la música tiene el poder de hacernos cambiar de ánimo drásticamente y si te sabes la letra hasta se puede olvidar cualquier problema por al menos un par de minutos.