Todas las mañanas, al despertar, doy gracias por poder mirar un nuevo amanecer y poder compartir con el Universo. Agradecida a Dios y a la anuencia del Universo que conspira a favor. Comparto con ustedes imágenes de la floración de la Calliandra. Esta planta está sembrada en una maceta. Hace un poco mas de dos años estuvo a punto de secarse porque mi hijo se fue de viaje y él la había sembrado. Yo también estuve de viaje y quien se quedó en casa no se percató de su estado. Apenas llegué a casa estuve al pendiente del jardín y fue allí cuando me percaté de su estado. Estuve muy pendiente de ella y la labor de riego fue en exclusividad para ella. A los pocos días ya tenía otro aspecto y se podía mirar que estaba ya llena de ese verde vida. Ese verde que materializa el Milagro de la Vida. Hoy logré realizar una sesión de fotografía donde pude captar, en varias horas del día, la floración de mi Calliandra. Mirar cada flor, mirar cada centímetro de mi espacio vital, es una actividad energizante. Compartir con los habitantes y visitantes de mi jardín es una de las terapias más relajantes y energizantes que disfruto a diario. Espero puedan disfrutar de la belleza de estas hermosas flores tanto como yo disfruto a diario. Me encanta poder mirar cómo se materializa el Milagro de la Vida en mi jardín.