RÍO LEJANO
Agua y piedra, río y movimiento. Se confrontan
y armonizan en la magia del color. Las piedras
hablan, las piedras señalan, "ellas contienen toda
la luz desde el primer día"; y los verdaderos
príncipes del cielo, se bañan en una fuente oscura.
Son la armonía que conjugan a los árboles caídos,
con los pecesillos que asoman para morderlos, y
a la pelota que, desde tiempos inmemoriales,
marcan la alegría de sus labios. Un poema tal vez
expresa mejor este sentir:
RÍO LEJANO
He vuelto al río lejano
He visto su fluir enimágtico
y su color negro
y la alegría de las hojas
sobre su margen
inocente
El aire ha llenado
el espacio de su margen
y los niños flotan
su su bella fuente
y una fotografía
aún quimérica
me revela la conciencia
que golpea
mi regreso al río lejano