Soy pésima para calificar los momentos como “mejores o peores”, porque reconozco que a veces se viven cosas maravillosas en medio de diversas dificultades, y viceversa. Por eso solo quiero contarles ese viaje que hoy, al recordarlo, me hace sonreír y agradecer a Dios por permitirme vivirlo.

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MI ABUELA Y SU CARISMA

Mi familia y yo somos unos verdaderos amantes de los viajes, disfrutamos siempre de esos hermosos y diversos paisajes que nos ofrece mi Venezuela mientras crecíamos; a veces los viajes era con la manada completa, pero otras veces simplemente eramos mi abuela y los más pequeños de la casa. Mi abuela siempre se caracterizó por ser el centro de atención, carismática y sin miedo a nada, la más animada y divertida, con sus difíciles y ocurrentes adivinanzas, con el único fin de hacernos reír sin parar hasta que nos faltara el aire.

Para un fin de año, como era de costumbre, viajamos a nuestra ciudad favorita; y de los mejores recuerdos que tengo junto a ella sucedió en ese viaje, en las ultimas horas antes de despedir el año.

_{Ese fin de año}

Habíamos decidido ir a la plaza más cercana, donde había una gran fuente con luces de colores, para disfrutar de los últimos momentos todos en compañía. Luego de un rato de estar allí llegaron tres chicos con una guitarra y se sentaron cerca nuestro, no tenían buena apariencia, parecía que no se bañaban en días y el mal olor podía llegar hasta nosotros, hablaban muy poco el español, su acento era parecido al francés o alemán, no lo supe distinguir en ese momento.

Ellos comenzaron a cantar y tocar, y en un momento mi abuela dirige su atención hacia ellos porque la canción que sonaba era de sus favoritas, y sin nadie esperarlo, ella comenzó a cantar con gran emoción mientras los chicos le hacían compañía con la guitarra y pandereta.

_{Esa noche con mi abuela}

Yo solo podía admirar la sonrisa que evocaba su rostro, era mi alegría siempre verla así, la gran emoción y poca vergüenza con que cantaba: −Si tu mueres primero yo te prometo, escribiré la historia de nuestro amor, con toda el alma llena de sentimientos. La escribiré con sangre, con tinta sangre del corazón…

Ella solo sabía disfrutar su momento, y que los demás también lo hicieran junto a ella.