Concurso: Escribe una historia corta tomada de tu vida | Edición de fracasos

Hace unos año atrás me postulé para el cargo de gerente de zona de una importante empresa de ventas por catálogos, era una empresa internacional que hacia vida en el país y para ese entonces trabajar allí sería una nueva y diferente experiencia para mí, que en ese momento estaba en mis trabajos de campo, sin embargo quería un cambio, en vista del descenso económico que venía experimentando mi oficina.

Fui seleccionada luego de pasar dos entrevistas por diferente personal, así que me enviaron por una semana a un curso de preparación a la ciudad de Caracas, en dicho curso estábamos alrededor de 20 seleccionadas, todas mujeres, las que también recibirían la instrucción.

El camino no siempre es perfecto, pero sus enseñanzas si lo son

Pasábamos todo el día en las oficinas de dicha empresa, almorzábamos allí y seguíamos con las clases hasta final de la tarde que nos regresaban al hotel.

Al tercer día nos encomiendan un trabajo de campo, este consistía en ir a un punto ya establecido por ellos y allí captar a 20 personas para la empresa, es decir, nos mandaron a prospectar, yo siempre he sido muy estricta con mi trabajo y siempre me gusta cumplirlo.

Resulta que nos enviaron solo con las planillas y el lápiz, sin bolso, reloj, ni celular por seguridad, y yo me olvidé del tiempo pues mi objetivo era llegar con la planilla completa, cuando iba llegando a la empresa, venían varias personas de las oficinas que estaban buscándome, pues me creían perdida o que me había pasado algo, ya eran más de las dos de la tarde y yo no tenía idea de la hora, tampoco sabía que debíamos llegar para la hora del almuerzo, así que imagínense la preocupación de ellos.

Fui la noticia del día, terminamos las clases y al final del día la encargada del grupo me dijo que quería hablar conmigo a solas. Me dio mi pasaje de regreso para la primera hora del día siguiente, que dejara los libros y las carpetas antes de salir. Es decir mientras yo recibía la clase del resto de la tarde, ellos ya habían tomado la decisión de botarme sin haberme escuchado antes.

Al final, después de la tormenta siempre, siempre sale el sol y todo sucede para bien.

Me sentí tan mal, primeramente porque no sentí que había cometido una falta como para esa acción y me sentí mucho peor porque no me dieron ni siquiera derecho a decir nada.

Después de algunos días de superar la molestia y hacer las paces conmigo, me di cuenta que gané en lugar de ser un fracaso, pues laborar para quienes tratan así a sus propios empleados no vale la pena, ni por todo el beneficio económico que ese trabajo representaba para mí.

Por otro lado las cosas suceden por algo, al año siguiente mi hermano fue diagnosticado con un cáncer mortal y mi tiempo se lo dediqué a él, quien al año y medio murió.

Esta es mi participación para el concurso del amigo @abuahmad, quien esta semana en sus historias cortas nos invita a compartir nuestra experiencia sobre el fracaso, del cual siempre tenemos muchos aprendizajes, será nutritivo leerte, anímate a participar, acá te dejo el enlace

Gracias por leerme, te deseo salud y bienestar; además de éxito en todos tus proyectos de vida.

Las imágenes son de mi autoría, captadas con mi cámara Sony CyberShot.

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