Si sabemos observar la belleza que se encuentra a nuestro alrededor comprenderemos que eso solo se puede lograr si nuestro corazón y nuestra actitud están dispuestos a descubrir y deleitarse con lo que nos ofrece el paisaje. El sol escondiéndose detrás de los arrozales y el atardecer en el estrecho de Malaca son una muestra de lo que un alma inspirada como la suya logran captar y compartir para que, desde esta lejanía, también admiremos esas dos maravillosas escenas naturales. La belleza es una condición que solo los espíritus preparados pueden valorar... Éxitos en este reto. Saludos.