Compartir secretos es algo delicado, es algo que hay que saber con quién compartir, ya que no todos saben guardar secretos, sin embargo, en esta hermosa comunidad hay pura gente buena y con buenas actitudes, así que vamos a compartir un poco de lo que me ha llevado al éxito.

En los deportes, la disciplina es un elemento fundamental. Cuando empecé a estudiar artes marciales, yo estaba ansioso de aprender a golpear, a lanzar patadas como Bruce Lee, de hecho, no bien había empezado a asistir a la academia cuando ya estaba buscando pleitos, ja ja ja ja , era un muchacho impertinente y agresivo. Claro, esta actitud me generó varios problemas y unas cuantas palizas.

Una vez hablando con un alumno que ya estaba avanzado, me preguntó sobre los moretones en mi cara, creanlo, eran muy seguidos, y le conté sobre lo que hacía y cómo actuaba. Se hecho a reír y me dijo que todo lo tenía bien merecido, ya que estaba errado. Me dijo algo que cambió mi forma de pensar, me dijo que si me había metido a la escuela de karate para aprender a buscar pleitos, estaba equivocado, que la escuela es para aprender a tener disciplina, hacer deportes y por supuesto aprender a defenderse, no para buscar peleas. Sus palabras me pusieron a pensar y decidí darme una oportunidad.

Una vez que internalice cual era mi objetivo real pude concentrame en lo que quería, que no me dieran más palizas. Mi primer consejo es:

Una vez identificado el objetivo, la meta, el propósito, entonces se deben concentrar todos los esfuerzos en ello, se debe trazar un plan de acciones y el mismo puede ser modificado en cualquier momento, pero la meta, el objetivo debe permanecer siempre.

Esto me llevó a que dejé de buscar pleitos y por supuesto, mis peleas disminuyeron al punto de que ya no tenía ninguna. Mi hermano mayor, una vez me preguntó si estaba enfermo o me sentía mal, por que todas las semanas tenía alguna pelea y ya tenía 3 meses que no luchaba, por supuesto, se acabaron los dolorosos moretones.

Me volví un poco adicto a ir a la escuela de kárate, hablaba mucho con los alumnos de cinturones más avanzados, les pedía consejos, les ayudaba en sus practicas con la finalidad de aprender esas llaves maestras, esa forma de esquivar golpes y los bloqueos, ya que uno de ellos en otra oportunidad me dijo: "Antes de aprender a golpear debes aprender a esquivar y evitar todo tipo de golpes", así no saldría lastimado y eventualmente mi adversario se frustaría por no poder impactarme algún golpe y eso lo descontrolaría haciendo que cometa errores.

Cada objetivo o meta tiene un proceso, y cada proceso o tarea tiene un momento específico, debemos tener paciencia, hay que hacer las cosas en el orden lógico que se debe hacer, otro ejemplo sería una casa, no se puede empezar a construir desde el techo, para llegar ahí primero debes construir unas bases sólidas, para que nada se derrumbe, luego los pilares que sostendrán el techo, y después de ello sí, es el momento de construir ese techo como tal.

Aplicar esto a las Artes Marciales es algo que me tocó aprender por las malas, ya luego, mejor orientado y siguiendo los consejos anteriores, he superado esa actitud agresiva y ahora veo que era hasta ridículo. Antes de aprender a golpear hay que aprender a esquivar, esto último es lo más importante, te ahorrará dolores y molestias. Con el tiempo fui avanzando, y mientras pasaban los años y subía de categoría o cambiaba de color de cinta, me volvía más prudente.

Este tercer consejo lo aprendí en un torneo, eran las eliminatorias para una competencia internacional que se llevaría a cabo en Buenos Aires, Argentina. Yo solo tenía que ganar mis tres combates. Mi maestro me decía: "Espera, sé prudente, no ataques, espera a que la iniciativa la tome tu adversario y luego busca su punto débil". Qué creen?, por supuesto que no le hice caso, y a la señal del sensei que estaba de réferi, me fui con todo contra mi adversario, un muchacho delgado y como una mano más pequeño que yo, lo último que recuerdo es que todo me daba vueltas y caí de plano contra el piso, tardé un poco en reaccionar. Ahora estaba furioso, y cuando se reanudó el combate me fui otra vez a la carga lanzando una serie de patadas buscando la cabeza de mi oponente, adivinen, otra vez en el piso, había perdido mi combate y mi oportunidad de viajar a la Argentina.

Cuando volví al sitio donde estaba mi maestro y mis compañeros, todos estaban riendo, uno me preguntó si no había olvidado nada en el tatami, yo de bobo voltié y luego le dije: "Nada, no se me quedó nada", él me dijo: " se te cayó el orgullo" y se hechó a reír nuevamente. Luego se sentó a mi lado mi sensei y me preguntó sobre qué había aprendido, le dije que me volví loco, perdí la concentración, a lo que él me dijo, es normal, eso pasa mucho en este tipo de eventos, pero debes ser prudente, observar a tu adversario y me señaló otro tatami donde estaba una compañera de nosotros (de menor cinta que la mía) y me dijo: "ella si está estudiando a su oponente", pasaron algunos cuantos segundos de haber iniciado su combate y ninguna atacaba a la otra, faltando 30 segundos para terminar el combate y declararlo nulo, su oponente tomó la iniciativa y ella muy tranquila esquivó sus golpes y anotó punto; al reanudarse el combate, la contrincante de Laura la volvió atacar no bien el sensei dio la señal, Laura tranquila ni se movió, la muchacha no había medido bien la distancia y Laura le proporcionó un golpe en el centro del pecho, dos puntos, ganó!

Ella si fue prudente, estudió el comportamiento de su oponente y solo cuando vió la oportunidad actuó. Claro está, ella si fue a Argentina y llegó como sub-campeona en su categoría.

Llevar estos tres consejos a la vida personal, familiar, laboral y profesional es fundamental para ser exitoso. Enfocarse en sus objetivos, ser paciente y ser prudente, evitarán que tengas experiencias desagradables y que tengas éxito en las cosas que te propongas.

Espero hayan servido mis experiencias, las cuales he aplicado no solo en los deportes, sino en mi vida, en mi trabajo, en mi día a día.