Cada etapa, cada año, cada mes tienen momentos buenos y no tan buenos aún así, siempre hay un motivo para estar agradecidos. Yo quiero agradecer por todo los regalos concedidos en este año que próximamente culmina. Ha sido un año de encierro, un año donde ese mismo encierro me permitió encontrarme y reencontrarme una y otra vez. En base a ello tuve la oportunidad de caer y levantarme de nuevo, sola, sin ayuda, yo misma, no porque negara la ayuda de otro o porque faltara alguien para tenderme la mano, no. simplemente ha sido un proceso individual, un yo con yo, por estas razones quiero agradecer a la vida el haberme dado tanto.

Los mejores momentos de este 2020 los pasé en esta hermosa montaña que ya muchos conocen. Desde aquí le di un cambio a mi vida, comencé mis primeros encuentros personales, busque y hallé mis miedos, mis heridas, mis ansiedades para trabajar en cada uno de ellos, sanar ha sido mi meta. No puedo afirmar que estoy completamente sana pero si puedo decir con certeza lo mucho que he logrado avanzar. Quiero entonces agradecer al año 2020 mis caminatas por estas montañas venezolanas.

Otros momentos importantes los pasé al lado de mi hermosa familia, mis hijos, nietos y esposo, tocó mantenerme alejada del resto de los familiares pero solo físicamente, a través de diferentes vías el contacto siempre se mantuvo. Quiero agradecer a Dios por cada momento compartido desde la presencia y también desde la distancia porque ha sido necesario.

Recuerdo un gran momento donde nos invadió la angustia, mi sobrino, paciente renal fue sometido a dos operaciones, se nos puso el alma en un hilo, pensamos no aguantaría por su condición delicada de salud pero gracias a Dios se portó como un guerrero, hoy día agradezco su maravilloso estado de salud, agradezco las bendiciones, el auxilio de Dios en todas nuestras solicitudes. Luego de un gran susto celebramos con alegría la buena noticia.

Eventos no menos importantes fueron los cumpleaños de mis nietos amados, Valeri, Matihas y Zaid. En pequeñas reuniones estuvimos con ellos, acompañando, bendiciendo, disfrutando de sus travesuras y sonrisas. Mis tres amores son los regalos más grandes después de mis tres hijos. Agradezco a la vida por traerlos a este mundo y permitirme compartir con ellos. Los amos, son mi tesoro más preciado.

Más momentos para agradecer lo haré por estas grandes amigas y compañeras de la vida, estas mujeres guerreras con quien emprendí mis travesía durante todo este año. Nuestras caminatas se unieron al disfrute, el compartir, compañerismos, buenas conversas y ayudas mutuas. No puedo dejar de agradecerle a cada una de ellas todos los momentos vividos en este año que casi termina. Dos grupos fabulosos, el de senderismo de montaña y mi grupo de amigos ex -compañeros de estudios quienes nos reencontramos en este año. Son una gran bendición.

Son muchos momentos los que quisiera compartir y agradecer pero entiendo lo extenso del asunto jejeje sin embargo, repito una y otra vez, agradezco a Dios por todo lo recibido, bueno, regular, no tan bueno, pero agradecida con todo a la vez.