CONCURSO " NARRA TU MOMENTO" | CONTEST 'NARRATE YOUR MOMENT | by @wiliangel

Primeramente que todo un gran saludo a esta hermosa comunidad de #worldoffootball y a @winstonq7 por crear este maravillosa concurso

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Alianza se enfrenta hoy a Boca en su partido de estreno de la Copa Libertadores. Evidentemente, el triunfo en el clásico algo de motivador tiene, pero habría que ser sinceros con uno mismo; no es lo mismo enfrentarse a Benincasa que lidiar con Tevez, por lo que habría que olvidarse rápido de ello y esperar un partido completamente diferente.
Sin embargo, dentro de esa suerte de “one hit wonders” del fútbol peruano, en una situación muy similar ya que Alianza también enfrentó a un campeón, aunque no del torneo argentino, sino de la misma Libertadores, cabe recordar la campaña que tuvo Alianza en el 2010, especialmente el PARTIDAZO frente a Estudiantes. Puede que los más jóvenes digan, ¿por qué en mayúsculas? ¿tanto así vale la pena el recordar esa noche? Pues claro que sí, y acá una crónica teñida de blanquiazul y con la fuerza de un rasho.

Estudiantes para ese entonces venía de jugar la final del mundial de clubes y de ser derrotado por el Barcelona de Messi en los suplementarios. Eso de bonito tiene el fútbol. Te traslada del mundial de clubes en Abu Dhabi a Matute en La Victoria (¿?). Tenían un plantel muy parejo y bueno los dirigidos por Sabella; jugaba en la defensa Cellay y Clemente Rodriguez, en el mediocampo estaba Enzo Peréz y Verón, que por ese entonces era una suerte de Pirlo calvo y con barba (¿?) y arriba Boselli, que anotó el gol en la final frente al Barza. Por otra parte, Alianza se presentaba a la Libertadores como el sub-campeón de nuestro fútbol a expensas de la U, que lo había derrotado en ambos partidos del play-off. En la Copa había empezado bien con la goleada de visita ante el Bolívar por 3 – 1. Goles de Zlatan, pero no Ibrahimovic y de Johnier (sí, Montaño). Contra Estudiantes el partido era en casa y Matute, como era de esperarse, era una auténtica caldera de fútbol…que se enfrío a los 8 segundos del partido con el gol de Estudiantes. Apenas arrancar y tener frente al sub-campeón del mundo con gol en contra en tu casa y menos de un minuto desanimaría a cualquier equipo de nuestro querido “julbo”. Pero, cosa curiosa, no pasó así. 40 minutos después y Alianza volteaba el partido. Y claro, uno diría, jugando a lo Markarían se encontraron dos goles. Pues no, Alianza proponía y acertaba. Libman se mostraba seguro abajo, Solís le daba solidez a la defensa, Quinteros se había visto las jugadas en youtube de Xavi y Aguirre, un jugador colindante en fortuna al cóndor, ese día parecía haber sido tocado por los dioses. Para el segundo tiempo este mito se hizo mayor con el tercer gol y la narración que quedará para el recuerdo nostálgico de varios: “Es un monstruo, es un rasho…¡qué bárbaro! ¡Es imparable!” Un hat-trick frente al campeón defensor no es poca cosa.

Llegados a ese punto del partido, yo estaba en trance y confuso, Alianza ganaba, goleaba y gustaba. Las 3Gs sacrosantas del fútbol. Estudiantes parecía cualquier equipo del campeonato menos el campeón y Alianza iba por más. Paredes, triangulaciones, “oles” de la tribuna, ¡era para llorar! Un espectáculo que hizo a Niembro recordar las glorias pasadas de nuestro fútbol, cuando el mejor mediocampo del mundial del 78 era aliancista (Velasquez, Cubillas, Cueto) y nos miraban los de afuera como los más talentosos solo después de Brasil. Pero había más, porque “el rasho” también quería hacer famoso a Zlatan y le dio una asistencia para el cuarto. 4 – 1 final. De locura, casi sacado del winning.
Estudiantes lució impotente ante uno de los mejores cuadros aliancistas de la última década. Aunque claro que la carrera de Alianza en la Copa no quedó allí. Luego vendría el partido en octavos frente a la U de Chile, pero eso ya es otra historia…

Hoy se juega el primer partido frente a Boca y creer que esto pueda volver a repetirse está más en el corazón que en la cabeza. El escenario es diferente, el rival es distinto, hasta el estadio es otro. Lo único que permanece es Alianza. Y bien pueda ello marcar toda la diferencia necesaria para empezar a creer un poco.