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Ya es casi costumbre @belenguerra ser sorprendido por estas maravillosas ideas que motivan a l@s #steemians para desarrollar sus contenidos creativos. Gracias por eso, y a la comunidad #steemgeography.

Me gusta el cine documental y experimental, incluso el teatro en esta tendencia que en argentina, por cierto, representan en muchos de sus montajes combinados con el minimalismo.

Esta vez me voy a referir a una propuesta realizada en el año 1988, pero que a mí me sigue pareciendo importante para la reflexión, la discusión y análisis para las generaciones.

POWAQQATSI

Es el título que lleva esta película, la primera que vi de la segunda parte de la trilogía documental qatsi producida por Francis Ford Coppola y George Lucas, y dirigida por Godfrey Reggio que contiene una anterior a esta de nombre Koyaanisqatsi, y otra más reciente realizada en el 2002, Naqoyqatsi, cuyos nombres derivan de la lengua indígena de la tribu “hopi”, pero específicamente POWAQQATSI significa: "La vida en transformación".

A pesar de haber visto varios documentales por gusto particular y luego por un diplomado audiovisual y en guion, esta propuesta experimental es impactante, cruda, real, hermosa, pues se vale de una narrativa estética acompañada del célebre compositor minimalista estadounidense Philip Glass, quien enfatiza con su música una fuerza visual y emocional que termina de mover nuestros resonadores más sensibles.

POWAQQATSI, se va desarrollando con una yuxtaposición de imágenes y música. No tiene diálogos, todo habla por sí mismo. No hace falta una sola palabra porque cada uno va tramando su propia voz en silencio.

Es extraña hoy en día la contradicción que se dice sobre la normalidad con la “nueva normalidad”.

¿Cómo regresar a esa vida “normal” con lo que está pasando?

Cuando vuelves a releer la película te das cuenta en el meollo en el que estamos sumergidos por falta de políticas humanistas que afectan a la naturaleza y al ser humano que paradójicamente propende un mundo mejor que a veces el mismo destruye.

POWAQQATSI, me motivó a estudiar una serie de temas con un grupo de amigos porque abarca un abanico social, económico, ambiental y cultural, enmarcado en un sistema que grita por su trasformación inmediata. Recordaba un pasaje del filósofo Hegel al referirse, que el ser humano es esta noche, esta nada vacía que lo contiene todo en su simplicidad.

Fuente

En, POWAQQATSI, la esperanza, para mí, se presenta como una gran parábola dentro de un mundo establecido a conveniencia por la desmedida ambición corporativa; también es un viaje hacia la capacidad creativa, los sentimientos y la capacidad de raciocinio del ser humano.

Siento que la película tiene un principio filosófico subyacente de ying y yang que explica las dos fuerzas opuestas pero complementarias; la oscuridad, la luz, lo sombrío, la blandura, la dureza, lo flexible, lo rígido, en fin, la vida que nos mira con una señal de indicio.

Creo que en POWAQQATSI, se hace evidente lo que no conocemos y lo que todavía no hemos asimilado.

¿Será que nos hace falta padecer lo que vivimos actualmente a nivel mundial con el Covid?

¿Cuánto tiempo falta para entender lo que realmente nos pasa por consecuencia nuestra?

POWAQQATSI, nos muestra la historia del hombre, desde los rituales más primitivos hasta la sociedad febril de la vida moderna estructurada en cinco capítulos más allá de los márgenes de la mera palabra con silencios en tensión sobre un “tercer mundo” cuyos realizadores expresan en una denuncia que profundiza la crisis ambiental y humana.

En cuanto al tratamiento artístico POWAQQATSI, es brutal. Un verdadero espectáculo visual. A veces tenía la sensación de estar en uno de los círculos del infierno de Dante Alighieri confundido entre la realidad y la ficción.

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