Fines del mes de abril del año 2021 observando esa vegetación con su color verde inigualable que nos brinda las hermosas plantas, que además de su belleza también nos ofrece sus apetecibles frutos, vivimos los seres humanos en tan maravilloso planeta, el cual sin egoísmo ninguno nos ofrece ese inmenso bosque formado por innumerables plantas que desde las alturas semejan un océano de color verde debido al follaje de las plantas.

Imaginemos por un instante la gran cantidad de especies vivientes que comparten ese hábitat maravilloso bajo la sombra de dicho follaje, imaginemos también los millones de millones de hojas que deben prender de las ramas de los árboles, para poder mantener la sombra bajo los árboles y los diversos tipos de plantas que forman la vegetación en este mundo llamado tierra, verdad que es para regocijarnos por tener la oportunidad de ser miembro de esta familia llamada terrícolas, tenemos el deber de proteger y conservar nuestro hábitat, hagámonos cada ser humano un protector de nuestra fauna y flora y el futuro nos recompensara transformándonos en mejores personas y humanos verdaderos.

El verde simboliza la esperanza, la fecundidad, los bienes que ha de venir, el deseo de vida eterna se le atribuye virtudes como la de ser calmante y relajante, es verde de sanación, curación y concentración. Ya que la mayoría de las plantas son medicinales y los animales se alimentan de estas plantas que nos irradia de su vivo color al resplandecer en las montañas su alegría, su belleza y en eso nos embelesamos y meditamos permitiéndonos respirar ese aire puro que nos purifica en todo momento, hasta las aves vive en los árboles y gozan de esas plantas verdes las cuales los nutren, que haríamos nosotros los seres humanos sin la belleza de la naturaleza con sus radiantes colores, seriamos un mundo sin vida y ese es un regalo que Dios nos brindó en el planeta la naturaleza.

Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa. (Romanos 1:20)