Un mal hijo
Maria Dolores es una abuela que vive en situación de calle desde hace al menos unos 3 años. Junto a ella viven 2 perros negros grandes de raza criolla que la protegen de cualquiera que quiera robarle las pocas cosas que pueda tener.
Pero, esta historia tiene un trasfondo mucho más triste que el hecho de vivir en la indigencia: Resulta que Maria es vecina del barrio. Y más aún, tiene casa propia. Resulta que su hijo la ha echado de su propia casa por problemas con su esposa, es decir, la echan de su propia casa por no llevársela bien con su nuera.
Esta situación familiar hizo que fuera a parar a vivir en la calle, cerca de su departamento propio. Un carrito de supermercado sirve de maletero para guardar sus pocas ropas y cosas. Unas cuántas mantas gruesas sirven de colchón y más de una docena de botellas de gaseosa sirven para almacenar agua potable, que, irónicamente, su hijo le lleva.
Los mismos vecinos se encargan de darle comida, prestarle el baño y también están pendiente de ella preguntándole a diario como se siente y si necesita algo. Ella está frente a un colegio público y casi nunca se mueve de ese sitio ya que no puede caminar muy bien. A pesar de la insistencia de la misma gente, se niega a ir a un hogar para indigentes de los que administra la ciudad.
¿Saben qué es lo más irónico? Su hijo la va a visitar frecuentemente para llevarle agua, comida, cigarrillos y dinero.
Te juro que lei esto y me indigne. No puedo creer que alguien sea capaz de algo asi.
Que bronca estas situaciones.
Es posible ayudarla de alguna forma??
La gente y vecinos la ayudan con comida. La señora se rehúsa a dejar la calle, ya la ha visitado personal del gobierno de la ciudad para llevarla a un refugio, pero no quiere.