¿QUÉ ESTÁS HABLANDO?

Imagen: Editada por Marisol Hidalgo

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33

Una mala conversación es un diálogo con una o varias personas, con la intención consciente o inconsciente de perjudicar algo y/o a alguien. Diálogo caracterizado de críticas destructivas, a veces de exageraciones o mentiras (calumnias), murmuración, chismes, inmoralidades, burlas.

Ese tipo de conversaciones son tóxicas, envenenan el corazón de los que participan de ella, dañándose a si mismos y a los demás; llevándolos a conceptualizaciones erradas de las cosas, situaciones o de las personas objeto del tema de conversación.

El mismo Jesucristo dijo “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” Mateo 15:18-20 . Una persona por muy cristiana que se diga ser, pero si viene hablarte mal de otros, debes alertar tus sentidos, y no caer o dejarte enredar, si te toca escuchar porque es alguien cercano a ti, debes dar el mejor consejo conforme a la Palabra de Dios y no permitirle que continúe con su veneno; una persona que constantemente te habla mal de otros terminará convenciéndote de sus argumentos, ver las cosas tan negativas como ella los ve, te aleja de otras personas, te lleva a tomar decisiones fuera de la voluntad de Dios, te convierte en una persona señaladora, criticona y que etiqueta y/o juzga a los demás. Por consiguiente contristas al Espiritu Santo.

¿Qué es lo que hay entonces en los corazones de aquellos que con frecuencia tienen malas conversaciones? Algo definitivamente está mal; no solo en el contenido de lo que se dice sino en lo profundo del corazón.

Una buena conversación es agraciada, edifica, te hace ver los puntos de vista de una mejor manera; no contrista tu corazón ni al Espíritu Santo; no te aleja de las demás personas sino te lleva a respetarlas, considerarlas en sus fallas y amarlas; hace de ti una mejor persona y no te aleja de los planes de Dios para con tu vida.

Cuando te reúnas a conversar recuerda honrar a Dios a través de ella. “hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor” Efesios 5;19

Recuerda siempre que lo que tú y otras personas hablan es lo que está contenido en sus corazones, y no sólo está contenido, sino que lo está en abundancia.

Marisol Hidalgo