Un día mi prima y yo jugando con la muñeca nos acostamos las tres en la cama, le dimos la espalda y dejamos a la incauta con la cabeza mirando hacia el techo. Que susto nos llevamos cuando volteamos, porque la muñeca había girado la cabeza, y eso no fue lo peor, su cabeza no giraba fácil, había que hacerlo de forma manual, del resto no lo hacía, por eso fue que más nos sorprendió. ¿Dicen que los animales ven espíritus?, pues un día mi perrita entró al cuarto, se acercó a la muñeca, se puso en alerta, le ladró y se salió del cuarto. Con ese suceso, no quedó de otra, me deshice de ella.

Luego me pasó algo con una barbie que conservé desde mi infancia, la encontraba en posiciones distintas, y sentía de verdad que me observaba. Claro, el cambio de posición era sutil, yo la sentaba derecha, y en la medida que pasaban los días, iba girando, yo cada día me fijaba, como su posición cambiaba hasta que ya la encontraba sentada de lado. Solo recordarlo me da escalofríos, pero la gota que derramó el vaso fue cuando la dejé sentada como siempre, y en la noche cuando la vi tenía el brazo levantado. La decisión fue la misma que la anterior, la puse en las bolsas del aseo. Confieso que nunca la vi moverse en mi presencia gracias a Dios, creo que me hubiera desmayado.

Dicen que los muñecos suelen ser medios de transporte entre los espíritus y quizás este fue el caso. También había escuchado que al jugar con las muñecas y tratarlos como personas puede atraer ese tipo de cosas.

Aunque espero no encontrarme con ese tipo de situaciones otra vez, las pesadillas tal vez siguen estando en mi vida, ¡increíble!, pero siendo ahora una adulta me pasa, y recientemente viví un episodio en mi cuarto. Quizás se trate de terror nocturno, eran tan real, que me cuesta distinguir si estaba soñando.