Steemit Engagement Challenge Temporada 5 Semana 2: Mis experiencias médicas

in Colombia-Original2 years ago

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Escrito original de @theatrorve
Miércoles 19 10 2022
#ColombiaOriginal

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¡Saludos!... Un cordial saludos a todos los miembros de la comunidad #ColombiaOriginal y al resto de la gran familia #Steemit.

Acá mi participación en el concurso MIS VIVENCIAS MÉDICAS organizado en esta comunidad y que forma parte de la semana 2 de la 5ta temporada del #Steemit Engagement Challenge.

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Es común que en algún momento se haga una visita al médico. ¿Los motivos? Existen miles. Desde los más simple como una gripe hasta situaciones muy complejas con enfermedades bastantes fuertes.

Para una gran mayoría, existen personas que le encantan ir al médico, las visitas a centros de salud no son muy placenteras. Las enfermedades o accidentes de salud son un gran contratiempo en la vida diaria de quienes la sufren.

Tienes una fiesta importante que llevas tiempo esperando y el día de la misma te da gripe o llegan el día del viaje a la playa para pasar unos días de descansos y sufres un accidente la noche anterior que te impide viajar.

Existen muchas circunstancias y razones que pueden derivar en una visita a un médico o especialista para buscar la solución a una enfermedad. Es por este motivo que considero nada complicado.

Mi participación en el concurso la crearé respondiendo las preguntas que se proponen en el enunciado del concurso. Nada fuera de lo normal pero que hago así parta facilitar la lectura de quienes la visiten.

Así que directo al grano.

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Imagen puesto odontológico. Mi caricatura hecha en Artisa. Diagramación de mi autoría

¿Le tienes miedo a algún instrumento médico?

Dentro del mundo de la medicina existen muchas ramas que se encargan de estudiar, analizar y curar diferentes enfermedades que puede tener el cuerpo humano. Definitivamente una de las más temida es la odontología.

Muchas personas tratan de minimizar esta rama de la medicina y tienden a no catalogar a los especialistas odontológicos como médico. En este punto me gustaría recordar que una cosa es ser médico, especialista y doctor.

El medico es aquel que posea estudios sobre la practica medicinal dedicados al cuerpo humano, aunque este concepto se puede extender hacia plantas y animales.

El especialista es aquel médico que decide estudiar una rama especifica de la medicina. Pediatra, obstetricia, traumatología, entre otras, entra en este rango. Es allí donde ubico a los odontólogos. Quizás @josevas217, @franyeligonzalez u otro médico que lea esta publicación, me darán la razón o me aclararan lo que pienso sobre este tema.

Y por último está el Doctor. Este título se lo gana la persona que haga un doctorado. El Doctorado no es un título exclusivo de la medicina. Esto es un error que se comete desde hace mucho tiempo tanto en la medicina como en la licenciatura en leyes.

Comento esto ya que al odontólogo no se le considera medico sino y simple especialista en el tratamiento dental. Algo que me parece erróneo. Pero nada, como siempre me desvié del tema principal. Me disculpo.

Para mi siempre ha sido muy traumático la visita al odontólogo. Es un acto que me produce un gran terror y que trato en lo posible por evitar. Pero siempre está la situación en la que debo asistir a este especialista.

Dentro de la instrumentación que utiliza el odontólogo para el tratamiento dental existe uno que se ha convertido en mi archienemigo. El muy desgraciado Taladro Odontológico. Esta herramienta tiene la función de hacer agujeros en el diente para eliminar el material desintegrado, o placa, de una cavidad.

El psicoterror que produce este aparato en mi esta fundamentado tanto en el ruido como en el olor a hueso quemado que se desprende en el uso en los dientes o muelas.

Es que ni a mi peor enemigo le deseo esta experiencia.

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¿Experimentaste algún trauma medico en tu infancia? Podrías compartirla con nosotros.

Fui un niño muy travieso y por ello tengo un par de cicatrices que son la prueba viva de mi comportamiento infantil.

La primera cicatriz está ubicada en la quijada o barbilla. No se las puedo mostrar por la barba loca que luzco en estos momentos. Considero que esta es una marca casi identificativa en los que pertenecemos a la generación de los 70’s y 80’s.

En esa época no existían los juegos de video, y mucho menos, los teléfonos inteligentes. Es por ello que la infancia era vivida al aire libre, indiferentemente que se viviese en un conjunto residencial o edificio.

La segunda es una cicatriz que todavía se muestra a la altura del codo. Aunque, por el pasar de los años, apenas es visible. Es un recordatorio de los travieso e imprudente que era de niño.

Vivíamos en esa época en un apartamento el Pariata, Maiquetía, estado La Guaira. En dicha vivienda existían un balcón con grandes ventanales de vidrio que abrían en forma de puerta hacia el exterior.

Un día decidí abrir la ventana, pero en vez de hacerlo como lo haría cualquier persona consiente por medio de la mañilla que tenía como función eso, lo que hice fue afincarme con todas mis fuerzas en el medio del vidrio.

Lo más irónico de la situación fue que no me corte al momento de quedar mi brazo dentro del orificio, con puntas afiladas, que había creado a través del cristal. Sino que mi difunta abuela materna, al escuchar el ruido de cristales rotos, salió hacia donde yo estaba y al ver la situación pego un gran grito de desesperación que me desconcentro mientras sacaba el brazo y me corte.

15 puntos de sutura fue el saldo final de aquella travesura basada en la inconciencia. Al recordar eso solo pienso en el trabajo que pasaba mi abuela al cuidarnos a diario a mi hermana y a mí.

Éramos par de terremotos que le hacían la vida imposible mientras cumplía su tarea en el tiempo que mi madre trabajaba para conseguir el sostén del hogar.

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La cicatriz que me hice de niño, aunque ha desaparecido con el paso del tiempo. Mi nariz con el tabique desviado. Imagen de mi autoría

¿Has vivido algún accidente o enfermedad considerado grave? Que enseñanza te dejo esta experiencia

Desde muy pequeño hasta casi llegada la edad de madurez tenía un problema, digamos psicológico para no entrar en muchos detalles. Cuando me caía no colocaba las manaos como soporte o protección. De hecho, es el motivo principal de mi cicatriz en la barbilla.

Aparte de eso siempre he sufrido de tener tobillos muy débiles. Esto hace que con gran facilidad sufra de torceduras en esa parte de mi cuerpo. De allí, es que por lo general empleo el uso de botines o botas. Esto me ayuda a no sufrir tanto de esas torceduras.

Cuando tenía aproximadamente 13 años, mi madre me pidió que fuese a la bodega de manera rápida ya que se encontraba cocinando y necesitaba un ingrediente que se había acabado en casa.

A toda velocidad salí en carrera a mi destino, pero la vida y el defecto físico en mis tobillos me jugaron una pasada. En medio de la callera, paso lo inevitable, y se torció uno de mis tobillos y comencé un viaje aéreo que no tuvo buen final.

En este punto, estoy seguro que el tiempo transcurrió como en las películas. Seeeentiii queeeee toooodooo paaaasooo ennnnn caaamaaaraaa leeeennnntaaaa. Aterrizaje forzoso en una tapa de medidor de agua de una casa en la acera por donde corría.

Esas de fierro colado donde está ubicado el medidor de agua del sistema público de agua potable. El tren de aterrizaje fue mi nariz. Como es lógico, quede allí casi inconsciente mientras unos vecinos de loa zona salieron en mi auxilio.

Quien me conoce en persona, sabe que soy muy terco. Esta actitud viene desde muy pequeño. Para ese entonces no quise ir al hospital a que me hicieran las curas pertinentes y solo me quedé en casa soportando el dolor y llorando como magdalena.

El problema se agravó con el paso de los años. El resultado final fue la desviación del tabique que trajo como consecuencia a mediado plazo de la complejidad respiratoria que derivó en una fuerte sinusitis.

Ya tenía como 18 o 19 años de edad y cada día más la situación era más preocupante. Mi madre me obligo a ir a un especialista. Un ORL fue el especialista que se encargó de tratar mi problema de sinusitis.

¿La solución final? Operar la nariz para hacer un raspado interno con el fin de quitar la sinusitis. Como el seguro del trabajo de mi madre cubría la intervención quirúrgica, se tomó la decisión de hacer caso a la recomendación de la galeno.

Todo salió viento en popa, de hecho, hasta mejor. Aprovechando la intervención la especialista decidió, junto al traumatólogo que la asistía, hacer la reparación del tabique desviado.

Dos pájaros de una sola pedrada. Se eliminó la sinusitis y de paso la nariz volvió al estado que estaba antes de mi vuelo fugaz que derivo en aquel traumático aterrizaje forzoso.

Sin embargo, la inmadurez y terquedad de la edad juvenil me paso una gran factura. El proceso de recuperación no fue traumático a gran escala. Si bien es cierto que era fastidioso respirar por la boca durante más de 15 días, sobre todo comiendo, no hubo dolor intenso que me impidiera hacer cosas normales de la rutina diaria.

A, pero como en la edad mencionada uno se cree más fuerte que el odio y más inteligente que el mejor científico del mundo una semana después de retirar el algodón que me obstruía la vía respiratoria, me fui de viaje para un concierto de metal que había en una ciudad relativamente cercana.

¿Resultado final? Otra vez el tabique desviado debido al ajetreo que viví en la noche del concierto al cual asistí. Así que el motivo de que tenga el tabique de la nariz desviada no es solo como consecuencia de la caída sufrida en los inicios de mi juventud, sino por la terquedad que uno posee en esa época de la vida.

Las otras experiencias medicas son, digamos, más comunes. Que si una gripe, una caída, lo más grave fue cuando me enfermé de La fiebre chikungunya. Es una experiencia por más de desagradable. El dolor de los gruesos es bastante fuerte. Lo más traumático es ver como las extremidades, sobre todo los dedos, se tullen. Horrible.

Cada uno de estas situaciones, y otras más de diferente intensidad, me han dejado una experiencia que trato de pasar a quienes conozco. La primera y más importante es que cuando se caigan coloquen las manos como primera opción para minimizar daños.

La segunda es que se debe seguir el periodo de reposo de manera eficaz. No se puede inventar con la salud. En mi caso, perder el esfuerzo de la operación simplemente por no seguir las órdenes del médico.

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Hasta aquí esta publicación que pretende participar en el concurso. Espero que la misma sea del agrado de quienes la lean.

Antes de despedirme quiero invitar a @mile16, @marito y a @mariami para que se unan a esta iniciativa.

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13 Adios.png

Emoji creado en Bitmoji. Diagramación de mi autoría

Si quieres conocerme un poco más visita mi publicación de presentación en Steem atreves de este enlace

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Sort:  
 2 years ago 

Pobre abuela, yo siendo abuela tuya me mudo a la isla de margarita, pongo mar de por medio jajajaja.
Desde que comencé a leerte tenia la sensación de que no fuiste un niño fácil, tu mismo lo dices.
El tiempo te ha enseñado que hay que cuidarse, ser terco no trae nada bueno, por lo menos no en este aspecto, la salud es un bien preciado que hay que respetar.

P.d: Yo también odio el taladro bucal y su horrible chiiiiiilliiiiidiiiitoooo.

Criterio❌ ó ✅Puntuación
steemexclusive1/1
Libre de plagio1/1
Libre de Bot1/1
Estado del Club2/2
Calidad del contenido3/3
Markdowns2/2
Total:10/10
Fecha de verificación:19/10/22

Hola amigo 👋

Oye tú abuelita si la tuvo difícil con tantas ocurrencias de niños y las cuales terminaban con unas puntadas en alguna parte de su cuerpo je je.

Me alegra que este bien, mucha suerte, saludos 🤗

Hola @ teatro, que niño tan traviesos y pobre sita la abuela que tenia que cuidarte, me imagino el grito tan grande el de la abuela al verte en esa situación en la ventana gracias a Dios no fue nada grave.

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