Saludos a todos los steemitas del mundo, en especial a los que se hallan en la comunidad #Colombiaoriginal. No pude resistirme de participar en este concurso que promueve mi pana @alanasteemit, quien nos invita a contarles sobre nuestro súper poder. Él mío es sencillo: sé detectar cuando me están montando los cuernos, jajajaja. También leo las cartas, pero las de amor, aunque quisiera ser como Adriana Azzi, jajajaja.

Bueno, ahora sí, poniéndome seria les diré que tengo un poder muy sutil, como el aleteo de la mariposa. Me llaman la "Celestina de las palabras".

La "Celestina" era un personaje de una novela española escrita por Fernando de Rojas, que tenía el don de ser alcahueta y conseguir con hechicería lo que la gente necesitaba. Su conducta no era bien vista, pues actuaba por intereses económicos. Sin embargo, yo me quedo con lo positivo y esto es: Darle a la gente lo que necesita.

Un educador debe ser una especie de "Celestina" para atender las necesidades de sus alumnos. Hasta aquí el asunto va bien, ¿pero qué pasa en el hogar? Acá el tema se pone un tanto difícil, pues los hijos, sobrinos o vecinos..., muchas veces desean descansar en la casa, en lugar de ponerse a leer, y menos si la lectura no guarda relación con tareas. Y es precisamente allí donde entro yo.

La sala de mi casa es un espacio de estudio y de diversión. Hay un envase con caramelos. En la nevera siempre tengo tortas y helados. De manera que quien me visite recibirá algún detalle de mi parte.

Mi sobrina Yolanda (@yola1) tiene 13 años. Estudia segundo año, y a esa edad pareciera que los chicos no sienten interés por nada. Entonces me inventé un hechizo: Convertí a Yolanda en la profesora de su mejor amigo Luis Beltrán; él va a cumplir 12 años y estudia sexto. Ella planifica las clases y le asigna a él lectura, escritura y ejercicios de matemática que, obviamente, ya ella debe haber resuelto. Yo soy la Directora. Por tanto, superviso que el proceso de enseñanza se lleve con cariño.