Tic tac, tic tac, tic tac. Se dice que no muere quien ya no está entre nosotros, sino que muere aquel que es olvidado, pero nadie a dicho o escrito nada acerca de cómo vivir con la ausencia de los que ya no se encuentran entre nosotros. Aquellos que con su partida sientes se va una parte de ti, algunos se aferran a los mejores recuerdos que vivieron al lado de sus seres amados. fotografías, olores, momentos y a lo más insignificante que sea para jamás olvidar. Pero solo disfrazan el dolor como el payaso en un circo que da lo mejor de sí, y solo miramos lo frívolo, pero jamás entendemos lo que hay detrás de tanto maquillaje o después de la función.

Definitivamente viajaría hasta el infinito para decirles: No hay resignación ni consuelo, no hay palabras ni entendimiento, solo hay una enorme nube azabache, un enorme túnel sin luz, un enorme cielo gris, un enorme desierto y un continuó dolor en el pecho, esa sensación que solo la podrá entender aquel que la vida decida prestarle el zapato del otro. Palabras más palabras menos llega a mi mente una gran CHUPETA de un intenso Rojo Rubí el regalo más anhelado de niño, de manos de mi hermano al regreso de sus largas estadías fuera de casa, y un “TODO YO”. Y hasta ahora, y solo hasta ahora, pude comprender que esas palabras eran el regalo más hermoso que me daba mi padre todos los días al regresar a casa, cuando le preguntaba ¿qué me había traído? Siempre respondía lo mismo “TODO YO”, en aquel instante era decepciónate para mi, pues era un ingenuo niño y no sabía valorar esas hermosas palabras, hoy como deseo escucharlas de nuevo , pero el tiempo pasa, y nada se detiene, dicen que todo tiene un propósito en la vida, pero que dura es , nunca se está preparado para las enormes sorpresas que hay en ella, un amigo de camino, una vez cuando me sentía deprimido me decía “aguante fiera”, pero por más que aguante nada será lo mismo, no hay tiempo para regresar no hay vida para ensayar . Solo espero que cuando me toque el momento de no estar con mis seres amados haya vivido lo suficiente y dejado buenas memorias a mi familia para jamás morir, y solo en ese tiempo, cuando mi creador decida que ese día haya llegado, ese el momento del reencuentro con mi seres queridos espero recibir de las manos de mi hermano gran abrazo y una enorme CHUPETA de un intenso Rojo Rubí y al mirar a mi padre decirle a mi viejo querido, acá estoy TODO YO mi viejo, juntos de nuevo.