Ayudándoles a Enfrentar sus Miedos

Hola, amada comunidad.

Hoy fui a la bodega a comprar algunas cosas para preparar la cena y de regreso noté una escena entre graciosa, tierna y motivante. Era un niño en una bicicleta, aterrado porque una mujer, probablemente su madre, lo estaba animando para que condujera sin las ruedas de apoyo, soltándolo por unos instantes entre gritos antes de alcanzarlo de nuevo para apoyarlo. Allí estaba él, con emociones encontradas; por un lado, la emoción de poder conducir como lo hacen los grandes y por otro, el temor de caer al suelo y lastimarse. Les puedo asegurar que hoy es un día muy importante para ese niño y que irá a dormir con gran alegría.

Como padres, muchas veces nos angustiamos de que nuestros niños sufran las calamidades de la vida y tenemos razón en hacerlo. La vida a menudo es una tragedia y el hecho de que nuestros hijos puedan sufrir nos llena de dolor el corazón. Pero hay que reconocer que no hay atajos en la vida, no hay accesos directos, si es que queremos una vida honesta para nuestros pequeños. Los procesos importantes de la vida son lentos, dolorosos, difíciles y nuestros hijos tienen que lidiar con esto también y nosotros debemos alentarlos a crecer, a valerse por sí mismos y a enfrentar sus miedos.

_{Aún si nos preocupamos, nuestros hijos deben enfrentar sus miedos | Editado con PowerPoint Fuente}

Todos conocemos a los padres sobreprotectores. Yo soy el primero que muchas veces mantengo a mi hija en una burbuja de cristal y que no quiero que se ensucie, ni que se caiga y la complazco en sus deseos. Por naturaleza somos así: queremos lo mejor para nuestros pequeños, pero ser sobreprotectores les hará mucho daño en la vida, ya que no serán capaces de valerse por sí mismos, tendrán miedo, serán dependientes de sus parejas, o peor aún de nosotros mismos y esta no es la idea.

_{Con confianza, nuestros pequeños eventualmente volarán | Editdo con PowerPoint Fuente}

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Es importante saber que por más que queramos no podemos proteger a nuestros hijos toda la vida y más temprano que tarde deben aprender a valerse por sí mismos, a enfrentar sus miedos y a crecer como personas. Permitámosles sentir aburrimiento, tener contacto con el mundo real y hacer un esfuerzo por lograr algo importante.

Amémosles incondicionalmente y sobre esta base, enseñémosles a ser fuertes y autónomos.

Dios los bendiga.

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Nota

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