Un escrito muy singular.

Sin duda que tu historia nos enseña a mirar a nuestro alrededor, no de forma critica, a menos que sea para exaltar valores, pero si debemos de vez en cuando mirar más allá de lo que queremos y aprender un poco más de las personas.

Cuando andamos en la calle y vemos a niños alegrarse por recibir un pan de alguien que se detuvo un minuto a observarlos y notar que tenian hambre, es en ese momento donde reconocemos la felicidad en dos mundos distintos, el mundo de aquel niño que tal vez tenia horas sin comer y saber que algo llegaría a su estomago le daría felicidad y la de aquella persona, que decidió ser feliz al ofrecer alimento a aquel necesitado, esa persona también seria feliz.

Muchas facetas nos ha mostrado tu escrito sobre la vida, tan distinta que puede ser para cada quien, mientras unos ríen, otros lloran, otros se lamentan, algunos recuerdan, otros se alegran, algunos han perdido la fe y otros la han tenido de vuelta, hermoso si lo vez desde el alma.

Te felicito y te deseo suerte.