Obesidad, salud y poder: El rol de las farmacéuticas en la lucha contra el peso
Hola parceros, muy buen día para todos, feliz domingo. Hoy me gustaría traerles un tema que está íntimamente relacionado al área de la salud, y también al dinero, porque finalmente todo termina por convertirse en una asunto de dinero, de corporaciones, de poder.
Hoy me levanté temprano, aunque es domingo, no soy de los que se levante tarde, así que dediqué un tiempo a ver un documental de 40 minutos en el que hablan de una fulana "inyección milagrosa" para perder peso, y si, en efecto, tiene una gran función en muchas personas, ya que ayuda básicamente a controlar el apetito, es decir, imita la función de la hormona GLP-1, que es la que hace que nuestro cuerpo, después de comer, se sienta satisfecho, por lo tanto, cabe pensar que si esta hormona está presente constantemente, la sensación de plenitud estará ahí presente de manera constante.
Bien, la GLP-1 es una hormona que produce nuestro intestino cuando llega el alimento que hemos consumido, pero demora un poco en producirse, se estima que, entre 15 y 30 minutos, por lo tanto, si comemos en menos tiempo, esa sensación de saciedad no estará presente, de ahí la importancia de comer lento, masticar adecuadamente, disfrutar más la comida.
Bien, el detalle aquí es que la inyección básicamente imita la función de esta hormona, pero tiene un efecto más duradero, ya que la modifican en su estructura para que no sea destruida rápidamente. Hasta aquí todo bien, pero es una solución que se creó para tratar la diabetes de tipo 2, pero por accidente se notó que tenía un efecto sobre el peso de las personas, le hacía perder peso, y ahí empezó a ser probada y utilizada en este tipo de enfermedad, la obesidad, porque es la obesidad una enfermedad por si sola, que produce otras enfermedades a la vez.
El detalle es que a la luz del surgimiento de nuevos fármacos, que tienen efectos sobre esta situación de obesidad globalizada en un mundo obesogénico, el detalle es que se hacen a un lado muchas cosas que son importantes, como lo es "mejorar la alimentación, aprender a comer, básicamente, hacer ejercicios, evitar los ultraprocesados", se olvida esto porque no es lucrativo, pero en cambio, la venta de medicinas si lo es.
Aquí entro en el terreno de lo económico y, ¿por qué no?, en lo conspiranoico. Se sabe que las grandes farmacéuticas compran a los gobiernos desde hace décadas, con la intención de que hagan leyes para que favorezcan la venta de sus medicamentos. También es bastante claro que las farmacéuticas son las que financian escuelas de medicinas de las principales universidades del mundo, y que son estas la sque marcan las pautas, a través de comités, de cuales son los fármacos que se deben instaurar como protocolos en las distintas enfermedades.
El problema aquí es que se ha dejado de lado la prevención, totalmente, y se ha dado paso -casi de manera absoluta- al tratamiento de la enfermedad, y es ahí donde los medicamentos se hacen presente como minas de oro para las empresas farmacéuticas, sin nombrar además que las acciones de estas empresas suben enormemente sus precios, lo que les genera más ganancias, y más posibilidades de seguir comprando gobiernos, universidades, y más. Sé que esto es desesperanzador, pero es la realidad, toca cuidarse de manera personal, y ya, porque luchar contra esos monstruos no parece ser muy fácil, no creo que sea una batalla que vayamos a ganar, ¿o a poco si?
Hola @josevas217.
Realmente nos compartes mucha información de gran interés José, si el comer lento es la solución entonces yo tengo muchos problemas, realmente como rápido cuando tengo hambre jajaja, y estoy un poco pasado de peso, creo que voy a comenzar algún tipo de régimen alimenticio para ello y pues a seguir consejos, ya conseguí el primero de ellos, gracias por tu publicación.
Saludos josevas , comparto tus ideas sobre la supuesta supremacía de la medicina tradicional y sus fármacos nocivos y contaminantes , que van a parar a nuestras células, ya había visto varios contenidos en documentales y películas sobre medicamentos adictivos que se popularizaron décadas atrás para tratar la ansiedad, el stress y la obesidad, entre otras enfermedades. Siempre he sentido temor de los medicamentos, sobre todo a los calmantes y a los antibióticos. Mis temores no son infundados, hace algunos años perdí a un hermano por una reacción alérgica a un calmante que le aplicaron luego de un pequeño accidente casero. A todos los que tengo a mi alrededor les inculco el recurso de la medicina natural, la acupuntura, la Ayurveda, el biomagnetismo, la botánica, el masaje terapéutico, la terapia con agua de mar, la autohemoterapia y tratamientos con células madres o plasma. Algunas de estas terapias desintoxican y regular el ph de nuestro cuerpo, otras ayudan a disminuir el dolor y algunas sirven para fortalecer el sistema inmune y todo esto lo aprendí por mi misma, indagando, buscando la manera de no consumir farmacos.